En medio de la incertidumbre sobre el nombre y apellido del futuro técnico de la selección peruana, se distingue apenas una única certeza. O mejor dicho, un dato: enero del 2026. Esa es la fecha anotada en el calendario de la FPF para que el nuevo seleccionador tenga rostro e inicie funciones con miras a las Eliminatorias 2030.
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“Agustín me pidió que siga hasta noviembre y le respondí que sí”, reafirmó Óscar Ibáñez horas antes del último duelo de la selección en las Eliminatorias 2026, sin saber que también sería el partido de su despedida. Horas después, consumada la derrota ante Paraguay en Lima y tras confirmar la eliminación en Montevideo, Óscar fue informado de que se respetaría su contrato y se daba por concluida su permanencia como DT interino.
Ibáñez, que solo alargó la agonía bicolor con un triunfo ante Bolivia, no estaba en los planes de Jean Ferrari. Los argumentos o razones pueden encontrarse en las redes sociales, pero pocos se ajustan a la realidad. Lo cierto es que el director general de la FPF tiene ahora la responsabilidad de concretar una tarea titánica: definir el perfil ideal del nuevo seleccionador, encontrar al candidato perfecto y convencerlo de aceptar el puesto. Cada paso más difícil que el anterior.
Tras las fallidas experiencias con perfiles tan disímiles como los de Juan Reynoso, Jorge Fossati y recientemente Óscar Ibáñez; las conclusiones sobre el estilo de entrenador que necesita Perú recaen en casi una obviedad que no quisimos ver hace tres años y subestimó Agustín Lozano: necesitamos un Gareca. Pero no el Gareca que nos llevó a Rusia 2018 y cuyo desgaste se evidenció en el último tramo a Qatar 2022.

Digamos, un Gareca 2.0. Como han puesto en evidencia los seleccionados tras el ciclo de Ibáñez, el futbolista peruano necesita un técnico que Marcelo Bielsa describiría como neuro flexible. Que en sencillo es un entrenador con la capacidad de adaptarse al medio y ser resiliente y creativo para asumir una conducta paternalista que sea compatible con el rigor y la exigencia.
—Los candidatos—
Esa habilidad para amoldar un camerino desde el trato debe ser respaldada por una trayectoria que implique jerarquía para decidir en el juego. Esto último, por ejemplo, le hizo falta a un Ibáñez que, aunque tuvo el respaldo del grupo, careció de experiencia como seleccionador para tomar decisiones efectivas dentro de los 90 minutos.
Ese bagaje también necesita verse reflejado en la filosofía de juego: que sea lo inverso a Fossati, quien, en lugar de asimilar el estilo peruano, impuso una idea radical a la espera de que fuera el equipo el que se acoplara.
Parece sencillo reescribir el manual para la elección del técnico. Sin embargo, las variables acentúan su complejidad en la interna. Por lo pronto, Ferrari parte con una regla: que tenga experiencia en Eliminatorias.
Varios nombres han sido expuestos. Uno es Fabián Bustos; y el otro, Fernando Quinteros. El primero, aunque conocedor del medio local, no cumple el requisito con pasado en clasificatorias. Un perfil inicialmente más popular era Néstor Gorosito, que tampoco ha dirigido selecciones. Con ninguno hay negociaciones.

Luego, como en todo juego de rumores, hay más nombres rondando San Luis. Ya sea por interés genuino de la FPF o por ofrecimientos de agentes y cercanos que ven en la búsqueda una oportunidad de negocio. Lo normal, lo de siempre.
El margen de error es chiquito. Tras el desastre de la no clasificación al Mundial 2026, Ferrari tiene la misión de elegir al técnico, pero también la obligación de no equivocarse. Por lo pronto, el elegido para dirigir los amistosos en lo que resta del año es Manuel Barreto.
Barrero, quien llegó a la FPF como jefe de la Unidad Técnica de Menores, debe abandonar una tarea titánica como la reformulación de las bases, para quemar pestañas en un puesto al que llega -aunque sea de interino- sin la experiencia ni los galones necesarios. Como Ibáñez. Eso sí, a Ibáñez lo presentaron como “técnico interino” pese a que iba a dirigir seis partidos. Barreto, que al parecer solo dirigirá tres, fue anunciado como “técnico de la selección de manera temporal”.
Mientras tanto, Ferrari, en unos días, iniciará su búsqueda probablemente en Argentina con un margen de error tan reducido como la expectativa del hincha.
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