Desde los potreros del Callao hasta los estadios de la Premier League y, ahora, con la pizarra en mano en Pakistán. La carrera de Nolberto Solano demuestra que el talento, la disciplina y un poco de picardía peruana pueden llevarte hasta donde nunca imaginaste.
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“Ñol”, “Maestrito”, “Nobby”... le han dicho de mil formas, pero su fútbol siempre habló por sí solo. Un creador de juego nato, un asistente letal, un tirador de tiros libres que te ponía de pie y un líder silencioso que se ganaba el respeto en cada cancha. Su estilo era una mezcla perfecta de visión periférica y una pegada artística.
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Nacimiento en Cristal
La historia de ‘Ñol’ en el fútbol profesional empezó a tejerse en Sporting Cristal a principios de los 90. No era un diamante en bruto; era un futbolista que ya mostraba una madurez y una técnica que lo diferenciaban.
Su visión de juego, su capacidad para meter pases entre líneas y, sobre todo, su exquisita pegada, lo convirtieron rápidamente en pieza clave del equipo celeste.
Con Cristal, Solano fue parte del recordado tricampeonato (1994, 1995, 1996) y enfrentó a Cruzeiro en la final de Copa Libertadores en 1997. Sus actuaciones no pasaron desapercibidas y el fútbol sudamericano empezó a mirarlo con otros ojos. Fue el trampolín perfecto para lo que vendría después.

Una aventura con Maradona y Boca
Después de dominar el fútbol peruano, llegó la llamada de uno de los gigantes de América: Boca Juniors. Corría el año 1997 cuando ‘Ñol’ aterrizó en La Bombonera, un estadio que impone respeto y que exige carácter. Y Solano lo tenía. Lejos de achicarse, se adaptó rápidamente a la intensidad del fútbol argentino.
Con su habilidad para desbordar, su inteligencia, tiros libres y centros precisos, se ganó un lugar en el corazón de la hinchada xeneize. Compartió vestuario con leyendas y fue apodado ‘Maestrito’, por su pegada, nada menos que por Diego Armando Maradona. Su paso por Boca fue corto pero contundente, dejando una huella imborrable y abriendo las puertas del Viejo Continente de par en par.

La consagración en la Premier: el ‘Nobby’ de Newcastle
Pero si hay un lugar donde Nolberto Solano dejó una marca indeleble, es Inglaterra. Su llegada al Newcastle en 1998 fue el inicio de una historia de amor con el público inglés. En la exigente Premier League, se convirtió en un ídolo. ‘Nobby’, lo bautizaron, y el apodo lo acompañó a lo largo de sus dos etapas en el club (1998-2004 y 2005-2007).
Sus goles, asistencias clave y su incansable recorrido lo hicieron indispensable. Fue el primer peruano en triunfar de esa manera en la Premier. Y el único hasta ahora. En sus dos periodos con Newcastle, jugó más de 300 partidos y anotó alrededor de 50 goles, números no menores para un mediocampista.
Su legado en el fútbol inglés se extendió con pasos por el Aston Villa, West Ham y Leicester, siempre dejando su sello de calidad y profesionalismo.

El regreso a Perú en la ‘U’
Después de una brillante carrera en Europa, ‘Ñol’ regresó a casa para vivir una etapa especial en el fútbol peruano. En 2009, se puso la camiseta de Universitario de Deportes, un movimiento que generó gran expectativa. Su llegada al cuadro crema no fue solo como un jugador experimentado; fue un referente, un líder que aportó su visión y su categoría a un equipo que buscaba la gloria bajo la dirección de Juan Reynoso.
Aunque su tiempo en la ‘U’ fue relativamente breve, su presencia en la volante y su liderazgo dentro y fuera de la cancha fueron fundamentales para el equipo. Aportó esa cuota de experiencia y jerarquía que solo un futbolista de su talla podía dar. Fue un “último baile” que la hinchada crema valoró y disfrutó con el título nacional del 2009, el cual tuvo su consagración con un gol de Solano a Alianza Lima en la final en el Estadio Monumental.

De la cancha a la pizarra
Colgar los botines no significó el adiós de Solano al fútbol; fue el inicio de una nueva faceta. Su transición a los banquillos se dio de forma natural, y su etapa más influyente como asistente técnico fue, sin duda, en la selección peruana.
Con Ricardo Gareca al mando, se convirtió en una pieza clave del comando técnico que logró clasificar a Perú a un Mundial después de 36 años en Rusia 2018. Su conocimiento del futbolista peruano, su experiencia en el fútbol de élite y su capacidad para conectar con los jugadores fueron determinantes.
Aprendió de cerca el manejo de grupo, estrategia y la presión de las Eliminatorias, puliendo su perfil de entrenador. Esta experiencia fue la base que lo preparó para su más reciente y audaz desafío.
Hoy, Nolberto Solano se embarca en una nueva aventura como entrenador principal de las selección sub-23 y absoluta de Pakistán. Es un salto desafiante, pero si algo nos ha enseñado este ‘Maestrito’ es que la pasión por el fútbol no conoce fronteras.
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