Christian Cueva sabe que se le viene la noche. El jugador rompió su silencio por el caso de agresión familiar (a Pamela Lopez ) y ante la inminente intervención del Poder Judicial en esta denuncia hizo un pedido especial a quienes se hagan cargo de su situación.
El jugador sintió que este nuevo episodio pasaría como otros que ocurrieron en su carrera, pero la realidad le explotó en el rostro al saber que Cienciano decidió no contar más con sus servicios y tuvo que abandonar la concentración del equipo cuando pensaba jugar algunos minutos en Matute esta noche.
En el comunicado el jugador hace una suplica, para no perder una de las pocas cosas que parecía mantener de su lado. “Mientras la verdad se busca y encuentra en las instancias correspondientes, pido por favor que se me deje jugar al fútbol, que no se me quite esa opción, pues es, junto a mis hijos, a quienes amo, más allá de lo que se ha dicho, es lo que me sostiene”, expresó.
Antes ‘Aladino’ ensayó unas disculpas sobre sus descalificables actos. “He sido tildado de muchas cosas malas, defectos que seguramente tengo y ahora se me acusa de abusador y no creo serlo. Se que tengo una personalidad compleja que va más allá de lo que se puede ver de mí y me hago y haré responsable de mis actos…Por todo ello, por lo que pasó, lo que pasó diferente y hasta por lo que no pasó, pido perdón”, comunicó del jugador a la Opinión Pública.
Christian Cueva confirma que lo efecta cuadro depresivo
“Quiero abrir mi historial médico y someterme a cuanta pericia se disponga. Lo hago, no con el propósito de que se me exonere de culpa, sino simplemente para que se vea que la situación es más compleja de lo que parece y que, aunque uno quiera, a veces los problemas internos ganan. Insisto en que no rehúyo de mi responsabilidad, pero, una vez más, ruego, que el salvavidas que es para mí el fútbol, no se me quite”, reiteró en su pedido el jugador.
Finalmente, el futbolista apeló a sus difíciles inicios para entender su situación. “Más que nunca, sé que soy solo un chico de uno de los barrios más pobres y humildes del Perú, que creció en medio de los problemas que millones de niños y jóvenes peruanos padecen y que tuvo la suerte de jugar bien al fútbol. Sé que aún me queda una chance de lograr que eso no sea una condena, sino un verdadero honor y ojalá, un motivo de orgullo para mis hijos, no por los triunfos, sino porque su padre logró ser, finalmente, mejor persona”, concluyó.