Cuando quiere, Carlos Zambrano es lo más parecido a un central de nivel europeo. Feroz en la anticipación, con buena lectura de juego e inteligente para ocupar el espacio, el ‘León’ solo tiene una avería de fábrica que podría hacernos pensar que es Made in China: el cortocircuito entre la vehemencia y sus codos. Salvo ese peligroso detalle, su jerarquía se impone largamente en la competencia por el puesto. Ante Paraguay fue un ilustre carnicero cuyo equilibrio entre lo cursi y lo rudo solo se descompuso una vez, en el codazo innecesario a Bareiro. Antes y después de ese lapsus brutus, el central se mantuvo ecuánime y a la altura de las circunstancias, digamos, para ser considerado como uno de los dos mejores de la cancha. El otro con rendimiento superlativo, tomando en cuenta la media de esta selección peruana, es Renato Tapia. El Capitán del Futuro que hace rato ya es del presente.
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Si Perú sigue jugando así puede ser candidato a la Copa del Mundo de los triunfos del cero a cero. Aunque bien amoblado atrás, le ha costado acostumbrarse a encontrar una ruta ofensiva adecuada ante un rival más exigente que los anecdóticos Nicaragua y República Dominicana. Lo dijo el entrenador Jorge Fossati en la conferencia posterior al partido, Perú quiso ser muy vertical y se olvidó de la necesidad de cederle la pelota al mediocampo. Hay que ser muy avezado para intentar jugar al pelotazo ante un especialista en la vía aérea como el cuadro paraguayo.
- Los números de Zambrano ante Paraguay
Estadística | En el partido |
---|---|
Minutos jugados | 89′ |
Toques | 67 |
Duelos aéreos ganados | 2 |
Duelos disputados | 11 |
Faltas | 3 |
Faltas recibidas | 1 |
Y lo que es peor, cuando intentó llevarla al medio para encontrar organización y alguna que otra sociedad, se topó con un Piero Quispe todavía muy frágil para ser un conductor de fuste frente a un rival que presiona y fricciona mucho. Piero la pidió sin temor, es cierto, pero las veces que la tuvo le costó demasiado la finalización con acierto. Una jugada lo pinta de cuerpo entero: recibe, amaga y resuelve con una pirueta complicada que termina en un error no forzado, el mal pase y la pérdida.
Felizmente, detrás suyo estuvo Renato Tapia, brutal para la recuperación y muy cómodo para lidiar con el juego tosco de los paraguayos. Quizá tener al lado a Wilder Cartagena fue más una preocupación que un complemento. Como volante interior, ‘Carta’ no cumple con las expectativas del puesto y su titularidad es una interrogante para duelos en los que realmente se jueguen tres puntos.
A esa duda surgen, por lo menos, seis más en el once de Jorge Fossati. Y he ahí otro dilema. A falta de un solo partido para el estreno en la Copa América, la versión del ‘Nono’ solo puede jactarse de contar con cuatro indiscutibles: Pedro Gallese, Carlos Zambrano, Renato Tapia y Gianluca Lapadula. El resto queda a disposición de los experimentos del entrenador.
Y eso preocupa.
Un rugido y el orden
En defensa parece que tenemos la línea de tres resuelta. El retorno de Carlos Zambrano ha resultado un acierto, incluso frente a un rival de mucho roce y que invitaba al ‘León’ al pecado del exceso. No pasó la prueba con veinte, pero sí con nota meritoria. Si las lesiones no lo traicionan, ha de ser la voz de mando que Araujo y Callens necesitan para un triángulo amoroso y efectivo.
Zambrano además le dio a Perú mejor visión para salir en corto, asociado a Tapia y en ocasiones junto a Cartagena. Hubo solidaridad y acierto para las coberturas, pero también eficiencia para retroceder cuando los paraguayos intentaban contragolpear a velocidad. Y cuando ninguno llegaba aparecía Andy Polo para ganar en velocidad y evitar que nos hagan daño por las bandas. Hasta ahí, todo muy bonito.
El riesgo de equivocarse en no aprender del error. Zambrano, con ese codazo a Bareiro que pudo significarle una tarjeta roja, dejó en claro que aunque sigue siendo un portento de seguridad en el 99% del partido; todavía le basta un 1% de mala cabeza para dejarnos en jaque. Es cierto, el ‘León’ suele jugar al límite y eso implica asumir grandes riesgos. Pero ya veterano y con amplia experiencia acumulada en rojas inútiles, el margen para equivocarse debiera ser mínimo.
El problema con la pelota
Encontrar un director de orquesta no es imposible, pero Fossati ya debe haber comprendido que es uno de sus pendientes más grandes. Sin ‘Aladino’, cualquier versión de Perú padece de un organizador sin miedo al ridículo. No hay nadie que intente, que invente ni que rompa líneas. Peor aún, cuesta encontrar sociedades como las que tenía Yoshimar Yotún con el pase largo a Paolo Guerrero, cuesta encontrar el pase corto, la pared y la diagonal que desequilibre defensas.
Con Marcos López por la banda izquierda todo esto se complica más. Y lo que es peor, el Andy Polo de la Blanquirroja sigue sin parecerse mucho al que revienta en Universitario. No hay quien construya con la habitual firmeza con la que atacábamos en el cierre de la pasada Eliminatoria.
Lo dijo Fossati, este Perú llega al 70% y aunque la Copa América exige un resultado alentador, para el entrenador debería ser un laboratorio de pruebas. Ante Paraguay probó con el ingreso de Paolo Guerrero cuando la ilusión parecía pedir a Joao Grimaldo con más inventiva y movilidad que el atacante de 40 años. En la búsqueda asociación y creatividad, intentó con André Carrillo, quien aún muy lejos del nivel que alguna vez le celebramos, sigue siendo un buen prospecto para generar fútbol. Eso sí, imposible que sea un jugador de noventa minutos. Ni sesenta, parece.
Leyendo a Fossati
Aunque Callens y Araujo pueden ser los compañeros ideales de Zambrano, sus posiciones son factibles de cambio. Por eso su titularidad no termina siendo tan segura como la del ‘León’. Una variante que sí podría observarse por más minutos ante El Salvador es la presencia de Luis Advíncula por el carril izquierdo en reemplazo de Marcos López. Jugar a pie cambiado y sumarle a eso potencia y velocidad para tentar la línea de fondo, le daría a Perú ese volumen ofensivo del que tanto padeció ante los paraguayos.
Eso, además, dejaría a Andy Polo por derecha, a la espera de que por fin explote. Por lo pronto, el último rival previo a la Copa América es el más propicio para el objetivo.
Edison Flores se impone como una mejor alternativa. Hace mucho que el ‘Orejas’ es delantero. Su posición junto a Gianluca Lapadula liberaría a Paolo Guerrero de la presión de seguir siendo el de hace ya varios años. El atacante de Universitario tiene más habilidad para encontrar agujeros entre los defensores y posee remate, algo de lo que la selección peruana adoleció este viernes. Por lo pronto, solo quedan noventa minutos para encontrar a los otros siete titulares.