Cuando se conoció la noticia de que el escogido para ocupar el cargo de técnico de la Selección era Gustavo Alfaro, de nacionalidad argentina, me saltó la inquietud respecto a qué parámetros tomaron los directivos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol para aprobarlo. Esto porque si los indicadores puestos por ellos mismos eran: 1) Conocer el medio y 2) Identificar la idiosincrasia de nuestros deportistas –como las variables más importantes, aquellas que se las ubicaba como fundamentales–, Alfaro no las cumplía. Entonces, ¿qué otros factores incidieron para que se haya hecho la contratación?
Recibí la información, gracias a la cortesía que tuvo el directivo de la FEF Michel Deller, quien explicó que se lo fichó con base en un estudio estadístico exhaustivo que evaluaba el rendimiento de los equipos manejados por Alfaro, de local y de visitante, los goles recibidos y anotados y algunas ecuaciones que convencían a la Comisión de Selecciones de que aquellos números garantizaban el funcionamiento táctico adecuado. Considerando los diversos aspectos adversos y favorables que tiene nuestro fútbol interpreto que Deller quiso explicarme, sobre la piedra filosofal, que para Alfaro está en conceptos ajenos de técnicos famosos, que se acudió a la vereda de la inteligencia artificial, aquella que sostiene el big data, con base en información, logaritmos, estadísticas, para mitigar el riesgo de fracasar en la nominación. Hoy, por supuesto, en el deporte moderno no se necesita de alquimistas ni de filósofos, sino de quienes fundamenten sus hechos con base en las estadísticas y a partir de ellas hacer escrutinios con el fin de colegir mayores probabilidades de acertar.
- ¿Trabajará a presión el técnico de la Tri?
La pregunta que hoy me hago es: ¿por qué en la fallida contratación del hispano-holandés Jordi Cruyff no se consideraron esos parámetros, hoy invocados para la incorporación de Alfaro? Me imagino que, después de analizar el fracaso total que tuvo la Federación con los españoles (el director deportivo Antonio Cordón, incluido) para traerlos, mucho tuvieron que ver las ideas futbolísticas que invitaban a creer que la metodología europea era lo que requería nuestro balompié. De lo que sí estoy convencido es que con Cruyff el big data hubiese fracasado. Además, nunca se analizó el perfil de Cruyff, su personalidad, que también es fundamental, porque al final le estás entregando un proyecto que cuesta millones de dólares y mucho más en ilusiones.
Un aventurero
Hace pocos días leía unas declaraciones de Cruyff, quien ante la pregunta de qué busca en proyectos como los de Israel, Ecuador o China, él contestó: “Más que planificar una carrera deportiva me ha gustado mucho buscar ser feliz. Conocer culturas diferentes, con dificultades diversas, comunicarme con la gente que tiene otra educación, entender otras formas de ver el mundo y la vida”. En verdad que, viniendo de él, ya no me sorprendí; todo lo contrario, confirmó mis dichos que estábamos frente a un aventurero famoso que se gana la vida usando medios simulados y poco adecuados. En nuestro país supo aprovechar de nuestros recursos, como un buen maniobrero, y así sobrevivió en un mundo lleno de idearios, tal cual un trotamundos.
Para finalizar esta historia de los españoles (Cruyff y Cordón) en Ecuador recordaba el libro que hoy es caída y limpia en Perú, que se titula La historia de dos aventureros. La política como engaño, de Umberto Jara, en el que se desenmascara a dos personajes de la política peruana cuyas actuaciones eran una fuente inagotable de aplausos, pero en el fondo escondían un gran fraude. Por supuesto, el símil que hago no tiene nada que ver con la vida y costumbres de los españoles en general, pero sí en la conclusión: mucha parafernalia, aplausos y al final mucho dinero gastado para nada.
- A las corridas, Gustavo Alfaro es buena opción para Ecuador
Regresando a lo que hoy nos interesa, están confirmadas las fechas eliminatorias por la Conmebol, que en su inicio pondrá a Ecuador contra Argentina de visitante –el 8 de octubre– y luego –13 de octubre– frente a Uruguay en Quito, y a mes seguido en Bolivia el 10 de noviembre y el 17 del mismo mes con Colombia, en Quito. Ante la premura del tiempo, Gustavo Alfaro hace apuntes importantes sobre los partidos a los que ha asistido presencialmente y aquellos que ha seguido viendo las imágenes por la televisión.
Además, Alfaro puede recurrir a personajes cercanos a nuestro fútbol como Jorge Célico (DT de la Tri sub-20), con el fin de disimular el desconocimiento o para demostrar que anda tras la pista de lo que requerirá para iniciar las eliminatorias decorosamente.
Si le sirve para algo al cuerpo técnico de la Selección, liderado por el argentino Alfaro, hay estadísticas que demuestran y avalan que el éxito en las tres clasificaciones a los mundiales (Japón-Corea del Sur 2002, Alemania 2006 Brasil 2014) consiste en que esos equipos tuvieron como fortaleza acumular la mayor cantidad de puntos jugando de locales, hacer respetar la plaza de Quito, con fútbol por supuesto, pero con la aliada natural que es la altura (2850 metros sobre el nivel del mar), donde la Tricolor se fortaleció en las clasificaciones. Así lo demuestran los números fríos.
Aprovechar la altura
En las eliminatorias al Mundial de Japón-Corea del Sur 2002, primero al que se clasificó en la historia, Ecuador jugó los nueve partidos de local en la ciudad de Quito y consiguió el 70 % de los puntos disputados. Y en la siguiente campaña, para clasificar a la Copa del Mundo de Alemania 2006, nuestra Selección también, en nueve partidos en la capital de la República, consiguió el 85 % de los puntos disputados en el Olímpico Atahualpa, y para confirmar en la última clasificación, la que fue al Mundial de Brasil 2014, Ecuador jugó ocho compromisos de local, considerando que el anfitrión del certamen no participó en las eliminatorias, y nuestra Selección nuevamente se hizo fuerte en la altura porque en ocho partidos como dueño de casa obtuvo un porcentaje espectacular: 91,66 % de los puntos en disputa.
Un dato que tiene relevancia, y vale recalcarlo, es que en las tres eliminatorias antes anotadas, que permitieron las clasificaciones mundialistas, se jugaron en total 26 partidos en la ciudad de Quito, habiendo perdido Ecuador uno solo; fue contra Argentina, por 0-1, el 15 de agosto de 2001. Además, se registran cinco empates en el estadio Atahualpa en esos tres premundiales.
- Los que menos saben son los verdaderos desactualizados
Estas estadísticas confirman que la plaza de Quito es un bastión natural para Ecuador, pero para aprovechar esa ventaja el entrenador Gustavo Alfaro debe concebir una idea clara sobre quiénes son los futbolistas que, teniendo las condiciones para ser convocados, están adaptados a jugar con la presión barométrica para poder aprovecharlos. El deportista que no está acostumbrado sufrirá el trastorno aeróbico. Además, sacar ventaja del conflicto psicológico que genera en los rivales imaginar jugar a 2850 metros de altura sobre el nivel del mar.
Recordemos que, en las recientes eliminatorias fallidas (a los mundiales de Sudáfrica 2010 y Rusia 2018), sí cedimos muchos puntos como locales y fue porque nuestros futbolistas que venían de Europa sentían el mismo rigor y efectos negativos producidos por la altura que los que padecían los rivales de Ecuador. (O)