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En su primer año y medio con Selección Colombia, Néstor Lorenzo le dio credibilidad al equipo. Lo tiene invicto y en zona de clasificación directa al próximo Mundial.
Durante seis años acompañó con la pizarra debajo del brazo a José Pékerman en el ciclo de dos Mundiales, dos Copas América y dos Eliminatorias. Su trabajo era más de perfil bajo mediático, aunque fundamental en el día a día táctico con los jugadores.
Explicando, corrigiendo, alentando en cada práctica, estableció relaciones profundas con varios de esos referentes. Aprendió secretos del fútbol colombiano. Lo entendió, lo mejoró y lo acogió.
Esa experiencia simplificó procesos cuando rescató a la Selección en un momento difícil entre la indiferencia de los hinchas. Con esa ventaja su mensaje llegó mejor. A los que ya conocía, a los que citó por primera vez. A todos los sedujo.
"Tengo mucha esperanza de poner a Colombia en lo más alto", dijo durante su presentación en 2022. "Mi filosofía es tener una mentalidad ganadora, con fútbol agresivo e intenso. Creo que eso es lo que hay que agregarle", añadió.
Colombia lo representa en la cancha. Dio un primer aviso con los amistosos de preparación que cerró con victoria a Alemania en Europa. Lo ratificó en la Eliminatoria con el primer triunfo a Brasil. Su invicto es de 16 partidos. Ganó once, empató cinco.
La Selección tiene más vértigo. Es más atrevida. Muestra convicción para remontar, criterio para sostener la pelota y alivió sus problemas de gol. Tiene credibilidad entre los hinchas.
En 2024, Lorenzo tendrá la Copa América en Estados Unidos. El nivel ilusiona. Enfrentará en grupos a Brasil, Paraguay y a un rival de CONCACAF por definir.
“Lo que aspiramos es ganar cada partido. Vamos a jugar bien, competir, ganar y ver para qué estamos”, señaló.
Su proceso marcha bien. Respaldado por juego y números.