Semana a semana, Marco Rivas sale a demostrar por qué Tigre piensa en darle su primer contrato y por qué está en el radar para el futuro de la selección peruana. El sueño del Mundial empieza en los partidos que disputa en la Sexta del fútbol argentino, donde es figura. Nacido en Argentina, hijo de padre paraguayo y madre peruana, representa la nueva generación de talentos que cruzan fronteras.
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Cada tanto visita Lima y revive la conexión que lo llevó a elegir representar a Perú. “Tenemos un vínculo muy lindo con mi familia y somos muy cercanos”, comparte a este Diario desde Victoria, donde trabaja día a día el jugador que pretende ser. Tras pasar las últimas fiestas en la capital, fue llamado en enero para mostrarse con la Bicolor por primera vez.
Carlos Silvestri, técnico de la selección peruana de su categoría, había puesto sus ojos en Marco desde antes. “Le hice un seguimiento de varios partidos en Argentina. Eso me permitió traerlo y quedamos muy conformes con su rendimiento”, explica sobre el proceso de captación, convencido por sus “cualidades personales y futbolísticas”.
Las actuaciones que tuvo ante Colombia en dos amistosos lo llevaron a otro nivel: el Sudamericano Sub 17, donde confirmó que está para grandes cosas. “Tuvo una actuación relevante —recuerda Silverstri. Es un jugador importante. Tuvo buenos partidos contra Colombia y Argentina, en los que demostró su valía”.
“Fue una linda experiencia, jugamos contra selecciones muy competitivas, no terminamos como queríamos pero nos llevamos una enseñanza”, valora el atacante formado en la cantera más importante del mundo.

El perfil que seduce
Para Silvestri, Marco reúne características que van más allá de lo técnico: “Es un jugador que entiende varias posiciones de ataque, tiene potencia, es valiente, tiene habilidad y un muy buen remate”.
Su versatilidad para jugar en diferentes posiciones ofensivas lo convierte en un elemento valioso para cualquier esquema táctico. La potencia física le permite generar diferencias en el mano a mano. La valentía se refleja en su capacidad para asumir responsabilidades en momentos decisivos.
“Creo que es un jugador a seguir, por más que la categoría hoy Sub-18 se va a centrar en jugadores nacidos en el 2007, es un jugador que definitivamente está en el radar de nosotros. Lo conozco personalmente y sé de sus condiciones”, proyecta el estratega.
El llamado Bicolor
Para Marco, vestir la camiseta blanquirroja fue la materialización de un vínculo que había cultivado durante años. Paraguay lo quiso. Él respondió a una conexión más profunda.
“Creo que es muy importante en mi carrera haber pasado por la selección porque te ayuda mucho a crecer”, reflexiona sobre su primera experiencia internacional. “Si me toca volver quiero hacerlo de la mejor manera”, comenta. Y tiene claras sus metas. “Me gustaría llegar a la mayor obviamente, a corto plazo volver a ser convocado. Quiero jugar un Mundial con Perú”, nos revela.
El sueño mundialista no es una utopía en su caso. Su progresión en Tigre, su rendimiento en la Sub-17 y el seguimiento que le hacen lo ubican en una posición privilegiada para seguir escalando.
La temporada del crecimiento
Con cuatro goles en sus últimos tres partidos, Marco supera su racha goleadora en la anterior campaña. A pesar de perderse 10 encuentros por su llamado a la selección y una lesión en el hombro, lleva 10 conquistas y le quedan seis fechas para seguir marcando. Sus números hablan de un delantero en franco crecimiento que ha encontrado la fórmula para ser determinante.
“Yo trato de encontrar espacios y pegarle al arco, creo que es una ayuda el equipo. Empezamos muy bien el año. Estamos arriba peleando en la tabla, pero es el día a día, el sacrificio”, señala sobre la clave para su buen momento con el Matador.
Sus primeros pasos fueron con River Plate. Fue reclutado desde niño. Se le hizo costumbre viajar en tren a Núñez, hasta que la distancia y la competencia feroz en el Millonario lo motivaron a cambiar de colores.
Su primera decisión fue llegar a Tigre. El club de Victoria, menos mediático pero con tradición formadora, le ofreció algo fundamental: mayores oportunidades para crecer.
Su evolución fue constante. De lateral pasó a volante, donde mostró mejor su visión de juego. Finalmente encontró su zona de confort en el ataque, alternando según las necesidades. “Vamos rotando, el técnico me pone de doble nueve, depende del partido, me siento cómodo de delantero. A mí me gusta más de extremo, juego por la banda, pero donde me pongan voy a dar lo mejor de mí”, explica sobre su versatilidad.
Interesa a Universitario, Alianza y Cristal
La actuación de Marco en el Sudamericano no pasó desapercibida. Universitario, Alianza Lima y Sporting Cristal han colocado sus ojos en él, revela su representante, Mathías Jorge. “Los tres grandes de Perú nos contactaron. Marco es la joya que tiene Tigre para proyectar. Veo difícil que salga a otro club, salvo que aparezca una oferta atractiva en lo deportivo y económico. Estamos hablando de un jugador con ascendencia peruana formado en la AFA”, destaca. Martín Suárez, presidente de Tigre, reconoce su potencial: “Es uno de los chicos que estamos analizando si le hacemos primer contrato porque es un perfil muy interesante”, indicó a fines de junio.
El próximo sábado, cuando Rivas salga a la cancha, recibirá una nueva oportunidad para acercarse al sueño que lo desvela: ser crack. Sus goles y asistencias son el prólogo de una historia que apenas comienza, pero los cimientos ya están sólidos.
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