Las Monday Night Wars son conocidas principalmente por la versión revisionista de la historia hecha por WWE a través de sus documentales y libros. Según esta versión, el diabólico Ted Turner intentaba destruir al pobre Vince McMahon robándole a todas sus estrellas, pero el bien siempre triunfa, y McMahon derrotó al imperio del mal.
Pero la historia real es un poco más compleja. La competencia con WCW ayudó a ambas empresas precisamente cuando existía un bache de popularidad enorme. Sin la WCW, la WWE probablemente hubiera desaparecido hacia el final del siglo.
Y la WCW se beneficiaba de la existencia de WWE. No buscaba destruirla. Así lo dijo Eric Bischoff en un reciente episodio del podcast de Sam Roberts:
“Esa es una falsa narrativa, y tiene que ver con que Vince McMahon trataba de convencer a todos que el billonario Ted (Turner) quería destruirlo. Vince, lo que quería, era ser el bueno de la historia, tratando de galvanizar la lealtad por su marca, porque la verdad es que no existía ninguna agenda para hacer quebrar a nadie, sólo una agenda para ser el número uno.
“Pero lo entiendo, porque hay muchas cosas que dije en su momento tratando de alinear a mis tropas. Tienen que recordar que desde el punto de vista del talento, era una situación embarazosa. Hice que los muchachos hicieran cosas que sabían iban a cerrarles las puertas con WWE. Lo que fuera para avergonzar a la competencia.
“Fue mi idea que se leyeran los spoilers de WWE, o sostener un cartel que decía ‘Vince McMahon teme a los ratings’. Fueron mis ideas, porque yo no tenía intención de trabajar en un futuro con WWE, pero el talento, por otro lado, estaba en una mala situación, porque sólo existían dos lugares grandes para trabajar. O trabajaban conmigo o trabajaban con WWE, y ellos no querían hacer muchas de las cosas que les pedía”.