Uli Hoeness fue elegido hoy presidente del Bayern Múnich en una asamblea multitudinaria para la que hubo que habilitar una carpa adicional al lado del pabellón Audi Dom para dar cabida a todos los socios asistentes.
Hoeness regresa al cargo que había dejado en 2014 en medio de un escándalo por evasión de impuestos por el que tuvo que purgar una pena de cárcel.
A su llegada al pabellón, Hoeness fue recibido con una gran ovación. Más tarde, en un discurso para defender su candidatura, que era la única, recordó su paso por la cárcel y el apoyo que había recibido de sus dos familias: su mujer, sus hijos y sus nietos, por una parte, y el FC Bayern, por la otra.
"Hace dos años estuve aquí cuando no sabía que iba a ser de mí. Cuando oí las ovaciones fue cuando dije esa frase, esto no ha sido todo. Y aquí estoy otra vez", señaló.
Hoeness dijo que recibió en la cárcel miles de cartas de apoyo de socios del Bayern que le dieron fuerza para superar la situación y para volver.
"He cometido un error. Es claro y respeto a todos los que no quieran darme su voto por eso. Pero he hecho todo por reparar ese error. Pagué mi deuda fiscal con intereses y me comporté en la cárcel como se debe comportar un preso, pido una segunda oportunidad", manifestó.
Hoeness dijo que estaría otra vez a disposición del club, con las puertas abiertas para todos los jugadores de todas las secciones y también para todos los entrenadores.
Hoeness sucede en el cargo a Karl Hopfner, que ocupo la presidencia durante su ausencia.
Durante su gestión, Hopfner se mantuvo un poco a la sombra del presidente del consejo directivo, Karlheinz Rummenigge.
Con el regreso de Hoenes se espera que el presidente tenga un papel más activo.
En la complicada estructura del Bayern, el consejo directivo tiene el poder ejecutivo, pero existe un consejo de vigilancia, encabezado normalmente por el presidente del club, que debe dar su visto bueno a todas las decisiones.
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