Yaroslavi Romero es sinónimo de talento y más cuando hablamos de la natación, pues a lo largo de su trayectoria, ella ha demostrado que el tener Síndrome de Down no es impedimento para ser una ganadora.
Ella inició en este deporte gracias a una rehabilitación para mejorar su motricidad y lenguaje, a través de la delfinoterapia, la cual solo duraba 15 minutos, pero poco a poco Yaroslavi fue encontrando en esta disciplina su gran pasión.
"Nosotros empezamos la natación por terapia, delfinoterapia, pues me decían que Yaroslavi podía mejorar el lenguaje y tener una pequeña ayuda motora, como en su cuerpo, fue que la llevé con los delfines, donde sólo eran sesiones de 15 minutos", comentó María Lourdes López, mamá de Yaroslavi.
Para los padres de 'Yaro' estas sesiones eran caras, motivo por el cual María Lourdes comenzó a investigar en bibliotecas más alternativas para su hija.
"Fue ahí que encontré que la natación ayuda a los hemisferios, tanto derecho como izquierdo, y que por medio de los 'bucitos' empieza a haber mayor oxigenación en ambos lados".
A partir de esto, decidieron buscar algunos centros de natación, una situación que se tornó un poco complicada, ya que era difícil que la gente la aceptara, pues "no había divulgación de la discapacidad" hace unos años, motivo por el cual "las personas y dueños de las instituciones les decían que no, porque no tenían personal capacitado para enseñar".
Después de una exhausta búsqueda, llegaron a la alberca Alfonso Álvarez donde "me apoya un maestro que se llama Víctor Jiménez, pues recibió a Yaroslavi y comenzó a enseñarle lo básico", poco a poco fue aprendiendo más cosas, hasta que el profesor le solicitó a sus padres que la llevaran a otra piscina, en la cual fue lanzada por primera vez a la fosa.
Por petición del entrenador Jiménez, Yaroslavi fue inscrita en el centro Los Delfines, sitio en el que comienza a aprender nuevas técnicas.
Los profesores de esa institución la contactaron con el entrenador Raúl Porta Contreras, quien daba clases en CU, mismo que la recibió y comenzó a enseñarle técnicas diferentes como "estilo libre, dorso, pecho y mariposa".
Fue en la UNAM, que Yaroslavi comenzó a crecer como una atleta de alto rendimiento, pues el profesor Porta dejó de colocarla en los entrenamientos con niños especiales, para ponerla en los "equipos selectivos".
Yaroslavi, de 35 años, ha competido en diferentes torneos internacionales, su primer evento fuera del país fue en San Juan, Puerto Rico, donde obtuvo el cuarto lugar.
Sin embargo, sería en Los Angeles, en el 2015 que se traería las “medallas de segundo y tercer lugar”, en 400 y 200 metros, respectivamente.
La nadadora mexicana ha participado en competencias escolares, estatales, Olimpiadas Especiales nacionales, II Juegos Latino Americanos Olimpiadas Especiales en San Juan, Puerto Rico 2010, Torneo Internacional De Natación Olimpiadas Especiales México – Costa Rica 2013 y en los Juegos Olímpicos Especiales del Mundo Los Angeles 2015.
Actualmente, Yaroslavi Romero entrena tres veces a la semana en la Asociación México Japonesa, pero cuando tiene algún evento a nivel internacional, práctica diario para llegar bien preparada a su competencia.
Además, no sólo es una gran atleta, sino que también fue una buena estudiante, ya que cuenta con una carrera en gastronomía y múltiples cursos, el último de ellos fue un taller de diseño floral.
"Yo sé que es una ‘cosita’, pero para ella es muy agradable, pues es muy creativa", ya que a futuro "si ella quiere podremos abrir una florería y si ella quiere, más delante, independizarse", agregó la Maria Lourdes.
Ella, al igual que su mamá, están a la espera de ser llamadas para participar en Panamá; mientras tanto competirá en los Eventos Locales Unificados, ya que su único y principal objetivo es ganar una presea dorada.
Su motor y fortaleza está en casa
Desde el inicio de su carrera como. Nadadora profesional, sus padres han sido pieza fundamental, para que Yaroslavi cumpla todos sus metas, ya que ellos solventan todos los gastos que implica los entrenamientos, la inscripción a los torneos, así como los viáticos.
"Nosotros no tenemos ningún apoyo, mi esposo es quien paga, él siempre ha procurado de que no falte a sus entrenamiento y los gastos cuando salimos".