Lo de Ignacio Buse en Nueva York no fue casualidad. Llegó al cuadro principal después de una ‘qualy’ impecable, confirmando el buen momento que atraviesa desde hace meses. Su ascenso en el ránking ATP lo ha convertido en protagonista de torneos Challenger, donde ha sabido medirse —y en ocasiones superar— a jugadores de mayor recorrido. En apenas año y medio pasó de ser una promesa juvenil a consolidarse como el nuevo rostro del tenis peruano.
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Buse pertenece a esa generación de recambio que el deporte nacional esperaba. Tras el legado de Luis Horna y la irrupción de Juan Pablo Varillas, Buse asoma como el siguiente eslabón de una cadena que parecía interrumpida. Su tenis agresivo, basado en una derecha explosiva y una mentalidad competitiva, lo convierte en un jugador con condiciones para instalarse en el top 100 en un futuro cercano.
Debutar en un Grand Slam no es solo un logro personal: es también un mensaje al tenis peruano. Después de más de un año de ausencia en las grandes vitrinas, Perú vuelve a tener un representante en el cuadro principal de un ‘major’. En ese contexto, ‘Nacho’ no carga solo con su raqueta, sino también con la ilusión de un país que sueña con verlo triunfar en escenarios de élite.
Más allá de la derrota frente a Ben Shelton, número seis del mundo y la esperanza de Estados Unidos por volver a tener un tenista que pelee los grandes torneos del circuito ATP, este estreno deja señales positivas. Buse comprobó en carne propia la diferencia de intensidad, de ritmo y de exigencia que existe en el más alto nivel. Cada punto fue una lección y cada juego un recordatorio de lo que aún falta por mejorar. Para su equipo, el desafío será convertir esa experiencia en un trampolín y no en una simple anécdota.
Lo que viene: la Davis en Lima
En el calendario inmediato, el próximo reto de Ignacio Buse será defender la camiseta nacional en la Copa Davis. Perú enfrentará a Portugal el 12 y 13 de setiembre en Lima, en una serie que promete llenar de público las tribunas del Club Lawn Tennis de Jesús María. Será una oportunidad única para que Buse traslade lo aprendido en Nueva York a un contexto diferente: jugar en casa, con presión y con el aliento de miles de peruanos.
Sobre su participación en torneos previos, como el Challenger de Sevilla, sobre una superficie de arcilla como la que se jugará la serie de la Davis, su equipo aún no lo confirma. Deporte Total pudo conocer que la decisión se tomará en las próximas horas, pero lo que ya está asegurado es que Ignacio tendrá en Lima una vitrina perfecta para volver a mostrarse, ahora con la bandera peruana como gran motivación.
‘Nacho’ ya tiene programado su calendario de competencias en este último tramo de la temporada. Por ejemplo, en setiembre, luego de la Copa Davis, el ‘colorado’ volverá a Barcelona para prepararse para afrontar el Abierto de Beijing, un ATP 500 que se juega sobre una superficie dura. Luego, disputará el Challenger 100 de Lisboa, que se desarrolla sobre arcilla, y finalmente la ‘qualy’ del Masters 1.000 de Shanghái (el cuadro principal se juega desde el 1 de octubre).
Una ilusión que recién comienza
El camino de Ignacio Buse apenas empieza y, como todo inicio, tendrá derrotas, aprendizajes y momentos de duda. Pero lo mostrado en el US Open confirma que el proyecto va por buen camino. Con 21 años, ya sabe lo que significa medirse a un top 10 en un estadio lleno en Nueva York. Esa experiencia no se enseña ni se compra: se gana en la cancha.
El tenis peruano vuelve a ilusionarse. Y en cada golpe de Ignacio Buse, en cada torneo que dispute, está la posibilidad de escribir un nuevo capítulo para un país que espera volver a vibrar con su deporte en la élite. Lo de hoy en el US Open no fue un final, sino apenas el comienzo de una historia que promete.
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