El tenis peruano atraviesa un momento de renovación comandada por Ignacio Buse. La participación de ‘Nacho’ en el circuito profesional ya no es silenciosa debido a su gran performance, como sucedió esta última semana en el Europcar Cancún Country Club, un Challenger mexicano de categoría 125 que se jugó sobre una superficie dura. Allí, el tenista peruano irrumpió hasta las semifinales, un resultado que no solo le permitió ganar puntos y confianza, sino que le abre también una ventana de expectativas en la antesala del US Open, el último Grand Slam de la temporada donde buscará acceder al cuadro principal desde qualy.
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La semana en México representó para Buse un quiebre respecto a lo mostrado en los primeros meses del año en cuanto a su juego en torneos que se desarrollan en campos duros, de cemento, que suelen complicar a los tenistas sudamericanos, acostumbrados más a la arcilla o polvo de ladrillo. No obstante, los eventos sobre esta superficie suelen marcar la diferencia en el circuito ATP y el ‘colorado’ consiguió tres valiosas victorias de nivel en Cancún, incluyendo una resonante ante el alemán Daniel Altmaier, extop 50 y actual número 60 del mundo, un rival que simboliza el tipo de obstáculos que se deben superar para escalar en el ránking.
Precisamente, para el periodista especializado Manuel Cabezas, director del portal Tenis Peruano, lo conseguido esta pasada semana por el número 136 del ránking mundial tiene un valor doble. “Ignacio tenía una deuda pendiente en cemento. En los tres primeros meses del año, incluyendo la gira previa y posterior a la Copa Davis ante Líbano, apenas sumó un triunfo. Ahora, en Cancún, logró tres victorias, una de ellas frente a un top 100. Eso confirma un avance muy importante”, explica.
Ese progreso no se limita a lo técnico. Una de las señales más claras ha sido el estado físico de Buse, que le permitió afrontar partidos exigentes en días consecutivos. En el Europcar Cancún Country Club debió jugar jornadas dobles y, salvo en la semifinal, mostró resistencia y fortaleza para competir. “Hubo un día en el que jugó prácticamente dos partidos seguidos, con [Daniel] Galán y luego con otro rival [Beibit Zhukayev], y aun así respondió. Claro, en la semifinal ya arrastraba el desgaste y una molestia en el pie que lo condicionó. Pero, además, creo que estaba pensando en el US Open, lo cual es entendible por la magnitud de ese torneo”, añade Cabezas.
La situación no es nueva. El especialista recuerda un antecedente en el primer semestre del 2024, cuando Buse disputó la final de un M25 en España el mismo día que debía viajar para jugar la qualy de un Challenger en otra ciudad. Perdió aquella final ante un rival accesible, pero horas después ganó su partido clasificatorio. Esa tendencia —ceder en una instancia final con la mirada ya puesta en un objetivo mayor— podría haber reaparecido el pasado sábado en Cancún. Y es que en las ‘semis’ perdió por un doble 6-1 ante el checo Dalibor Svrcina (115° ATP).
El contraste entre un Challenger y un Grand Slam también marca diferencias estratégicas. En términos de puntos, un título en Cancún hubiese significado 125 unidades, mientras que superar la qualy del US Open, del Abierto de Estados Unidos, otorga inicialmente 35. Sin embargo, el aspecto económico y simbólico es distinto. “El prize money de un Grand Slam está muy por encima. Lo que ‘Nacho’ iba a recibir por ganar Cancún es lo mismo que pagan solo por disputar la qualy en Nueva York. Y a eso se suma la gloria: un Grand Slam siempre tendrá más valor que un Challenger, incluso uno 125”, precisa Cabezas.
En modo Grand Slam
En cuanto al US Open, el sorteo de la qualy no le sonrío a Ignacio Buse. Su debut será este martes 19 —horario por confirmar— frente al austríaco Lukas Neumayer (170° ATP), que de acuerdo a los especialistas internacionales tiene el nivel para rozar el top 100. Es, según el análisis, uno de los adversarios más complejos del cuadro. “Fue mala fortuna. Entre seis posibles rivales, le tocó uno de los mejor posicionados. Eso no le quita opciones, porque Nacho viene en un buen momento, pero sí será un debut muy exigente”, advierte el director del portal Tenis Peruano.
No obstante, más allá de que Neumayer se presente como un duro obstáculo para ‘Nacho’, de no haber molestias físicas, si no hay ningún tema físico o molestia que haya provocado el Challenger 125 de Cancún, el tenista peruano debería imponerse por el juego que viene mostrando. Cabe destacar que en México, un par de veces, el ‘colorado’ pidió la asistencia médica por una dificultad en el pie derecho. El equipo de comunicaciones del deportista de 21 años no ha brindado detalles de aquella dolencia y se espera que solo sea una situación pasajera, que no afecte su desempeño en el Abierto de Estados Unidos.
Queda claro que lo visto en Cancún brinda una sensación de que Ignacio Buse empieza a recorrer un camino de madurez. Su tenis, todavía en formación, ya muestra solidez para competir contra jugadores asentados. Su físico, una de las principales dudas en etapas previas, respondió mejor a la exigencia de una semana intensa. Y su calendario lo pone ahora frente a un escenario que podría marcar un antes y un después: debutar en el US Open, con la ilusión de insertarse en la élite y de devolver al Perú una presencia en los cuadros principales de los Grand Slams.
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