No hay mal que dure 32 años ni Juegos Olímpicos que se resistan a que Perú vuelva a aparecer en el medallero de una cita deportiva tan importante para el mundo. Más allá de que la espera se hizo larga, la bandera nacional flameó por todo lo alto luego de que el velerista Stefano Peschiera consiguiera quedarse con la presea de bronce en Paris 2024. Sin embargo, esta no ha sido única vez en la que nuestro país queda en los primeros lugares de las competiciones olímpicas. Si bien no han sido muchas, han sido emotivas y han representado los sueños de todos los peruanos. En Depor te presentamos el salón olímpico del deporte nacional.
Londres 1948: el héroe dorado
Hace 76 años comenzó esta historia de ilusión, cuando un joven llamado Edwin Vásquez Cam, nacido un 28 de julio de 1922 en la ciudad de Lima, apareció en las competiciones de tiro deportivo del país para seguir el legado que le había dejado su padre, quién también fue un destacado tirador en la época de los cuarenta. Por ejemplo, a los 21 ya había alcanzado la máxima categoría de esta disciplina deportiva, lo que le permitió participar en numerosos eventos de la región, como los Juegos Bolivarianos de 1947, donde obtiene cuatro preseas.
Este último registro lo calificó para ser incluido en la delegación clasificada a Londres 1948. Fue ese año donde dejaría la más grande huella que un deportista puede dejar para su país. Sin embargo, el camino no fue nada fácil. Al llegar a Londres, Edwin contrae una infección respiratoria, que solo le permitió entrenar el día 31 de julio, con solo diez disparos y con una pistola que le prestó su amigo Luis Mantilla y que fue con la que finalmente participó en la contienda, a pesar de que corría el riesgo de no adaptarse (cada deportista contaba con una hecha especialmente a su mano).
A pesar de esas adversidades, el 2 de agosto de 1948 -en el polígono militar Bisley Camp-, Edwin Vásquez compitió en pistola libre a 50 metros, realizando 60 disparos y acumulando un puntaje total de 546 puntos, suficiente para superar a sus rivales. Aquí uno de sus primeros mensajes luego de su brillante triunfo: “Gané la medalla de oro olímpica, porque me preparé muy bien”.
Durante los siguientes años, nuestro compatriota, a pesar del escaso apoyo que recibía del Estado, obtuvo otros logros para el tiro nacional. A su retorno al país, se le otorgó la Orden El Sol del Perú y se convirtió en el primer deportista al que se le impusieron los Laureles Deportivos en 1951. A su vez, ocupó puestos directivos en la Federación Peruana de Tiro, Comité Olímpico Peruano, Consejo Nacional del Deporte, entre otros.
Falleció de un infarto cardíaco el 9 de marzo de 1993, dejando en el deporte peruano un profundo vacío, sobre todo porque con su experiencia ayudó a varios jóvenes apasionados por este deporte. Pero también dejó una huella imborrable en el libro de grandes hazañas deportivas.
Los Ángeles 1984: sueños plateados
36 años después de la primera gran hazaña conseguida por Edwin Vásquez Cam, nuevamente el tiro peruano sería motivo de celebración en unos Juegos Olímpicos. Ahora, a pesar de que el medallista dorado sí participó de esta cita, e incluso fue como abanderado de la delegación nacional, fue otro nombre el que quedó marcado en la memoria de los peruanos: Francisco Boza Dibós. Con tan solo 19 años, marcó un hito histórico para el Perú.
Boza empezó desde muy pequeño en el deporte del tiro, alentado por su padre. Tras sus primeros logros nacionales e internacionales, participó con tan solo 15 años de edad en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Sin embargo, su gran momento llegó cuatro años después. Con buenas puntuaciones en la etapa eliminatoria y tras desempatar con el italiano Luciano Giovannetti y el estadounidense Daniel Carlisle, ocupó el segundo lugar y logró la tan ansiada medalla de plata.
‘Pancho’ Boza participó en forma consecutiva en los Juegos Olímpicos desde Moscú 1980 hasta Atenas 2004, y luego retornó en Río 2016. En total fueron ocho sus participaciones, siendo también abanderado en tres ocasiones con el equipo nacional. Es actual presidente de la Federación Deportiva Nacional de Tiro Peruana y hace apenas unos días, el 31 de julio, fue reconocido con el máximo galardón que entrega la Federación Internacional de este deporte en conmemoración a los 40 años de su medalla.
“Me siento muy emocionado de haber recibido por parte de la ISSF, el máximo reconocimiento a la carrera de un deportista. Es un honor estar aquí esta noche y compartir con ustedes. Gracias por esta consideración, y sobre todo gracias por la oportunidad que me dio mi familia y mi país de poder representarlo en Los Ángeles 1984″, comentó Francisco Boza Dibós, tras recibir el premio de manos del presidente de la ISSF, Luciano Rossi.
Seúl 1988: las matadoras
Hablar de Perú en unos Juegos Olímpicos es siempre recordar aquella madrugada de 1988, en las que miles de peruanos sacrificaron horas de sueño por ver a un grupo de 12 jugadoras que estaban listas para pisar la cancha del gimnasio olímpico de la Universidad de Hanyang, en la capital de Corea del Sur. En ese terreno se enfrentarían a la Unión Soviética, luego de superar a Brasil, China, Estados Unidos y a un imbatible Japón que apuntaba a ser uno de los que pelearía por la medalla de oro.
Pero fue la Selección Peruana, dirigida por el surcoreano Man Bo Park, que hizo de Hanyang su localía junto al grupo de compatriotas que se encontraban presentes en el coliseo de dicho país para hacer sentir la pasión y transmitir motivación a cada una de las voleibolistas. Natalia Málaga, Cecilia Tait, Gabriela Pérez del Solar, Gina Torrealba, Rosa García, entre otras, fueron las artífices de que el Perú entero esté a la expectativa de lo que sería la primera medalla olímpica en un deporte colectivo.
En la tan esperada final, la ‘blanquirroja’ logró quedarse con los dos primeros sets, lo que ilusionó mucho más a los hinchas. Sin embargo, en el tercer parcial, el desgaste de la alta competitividad empezó a jugar en contra de la escuadra nacional y las soviéticas poco a poco ganaron terreno, al punto de quedarse con el tercer y cuarto set. Ya en el quinto, la presión intensa y los nervios hicieron que punto a punto se disputara el parcial. Lastimosamente, el rival se quedó con la victoria.
Pero la hazaña ya estaba hecha, y las jugadoras recibirían el reconocimiento debido con una gran acogida de más de 45 mil personas presentes en el antiguo Estadio Nacional. En aquella oportunidad dieron tres vueltas a la cancha con la medalla de plata bien puesta. “Cuando nosotros llegamos nos hicieron sentir como si hubiéramos ganado la medalla de oro, hasta el día de hoy el cariño que nos tienen no tiene precio”, mencionó Gaby Pérez del Solar recordando aquella cálida bienvenida.
Barcelona 1992: sentimiento patrio
Un 28 de julio, en plenas celebraciones de las fiestas patrias, una noticia llegaba a suelo nacional porque se disputarían la finales de tiro deportivo en la modalidad skeet, y con presencia peruana. Era Juan Giha, quien a sus 37 años y pese a todas las dificultades que le tocó vivir en ese proceso, se subió al podio en Barcelona poniéndose una presea plateada en el pecho.
Pero ¿qué pasó en la previa? En palabras del propio olímpico se mencionó que “hubo una mala organización de la Federación de Tiro y el Comité Olímpico. Yo siempre he hablado bien de ellos, pero sufrí muchísimo para poder representar al país. He participado en seis Juegos Olímpicos como atleta y puedo garantizar, y es la primera vez que lo digo, que muy pocas veces me dieron la oportunidad de prepararme como era debido. En Seúl, 15 días antes de los juegos, me dijeron que podía participar. Nunca tuve apoyo del IPD. Es una realidad que después de 32 años vengo a exponer. Todo se debió a mi esfuerzo, y gracias a Dios pude ir traer esa medalla para el Perú. Tuve que hacer esfuerzos personales para conseguir el arma, los cartuchos y las competencias internacionales. Nunca fui parte de un programa que me pueda ayudar”.
Poniendo todo de su parte, incluyendo la parte económica, como muchos de los deportistas que hasta el día de hoy presentan dificultades, Juan Giha pudo salir airoso de la competición. Se quedó en el segundo lugar por apenas un punto de diferencia, sumó un total de 222 mientras que la china Zhang Shan, con 223, se terminó por quedar con la presea dorada. Así, se convirtió en el último (ahora penúltimo) peruano en llegar a lo más alto de una cita olímpica.
Paris 2024: el regreso del sueño
En la última década, después del éxito de los Juegos Panamericanos Lima 2019, los peruanos han ido acercándose al deporte nacional, al punto de constantemente estar a la expectativa del desempeño de varios de nuestros compatriotas en las diversas competiciones alrededor del mundo. Esta expectativa llega de la mano con la esperanza y el sueño de volver a un podio olímpico que nos fue esquivo por varios años.
Paris 2024 no fue la excepción. A pesar de la diferencia horaria, muchos quedaron despiertos en la madrugada para ver las carreras de atletismo o activaron las alarmas muy temprano para estar atentos a toda la actividad deportiva. Sí, se hizo esperar, pero finalmente llegó. Un deporte acuático fue el protagonista de una mañana cargada de emoción y el personaje principal se llama Stefano Peschiera.
El velerista, que había anunciado que se iba a retirar después de este evento, terminó siendo el responsable de las lágrimas de emoción de miles de peruanos que veían la luz al final del túnel. Con un gran recorrido para llegar a las finales, teniendo muy buenos puntajes en las primeras regatas, y ante la adversidad climatológica de Marsella, quedó marcado como el mejor latinoamericano en la modalidad de Dinghy del deporte de vela.
“Como pudieron ver, este no es un deporte fácil. Esta medalla se la dedico a mi familia, que son los que más me han apoyado; a mi entrenador, que siempre estuvo; y a todo el Perú. Es increíble. Es un orgullo para mí representar a mi país y a toda su gente. Es una medalla de todos”, declaró tras la ceremonia de premiación.
Lo que se viene para Perú
Es cierto, ya no queda mucho para el fin de estos Juegos Olímpicos, y cada vez son menos los peruanos que quedan en competencia. Pero eso no significa que el apoyo deba cesar. En los próximos días arrancan también los Juegos Paralímpicos, que en el historial acumulamos un total de 9 medallas, siendo la más reciente una de oro en Tokio 2020, a cargo de Angelica Espinoza en para taekwondo.
Pero ¿acaba Paris 2024 y se detiene el deporte? La respuesta es no: los peruanos seguirán representándonos en diferentes competiciones alrededor del mundo, dependerá de nosotros que esto no pase desapercibido y que cada día resuenen más los logros de nuestros deportistas que realmente se lo merecen. Seamos la mejor hinchada del mundo en todos lo ámbitos.
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