En total, cerca de tres horas de un partido que ganó el de Manacor en tres sets por 6-4, 7-5 y 6-2, por lo que Schwartzman, número 21 del mundo, sigue sin poder vencer a Nadal, a quien se ha enfrentado ya en ocho ocasiones.
El español comenzó con agresividad el encuentro y se apuntó un primer juego en blanco y siete puntos seguidos, y aunque rompió el saque de su rival dos veces en los primeros minutos, el argentino contraatacó con su revés cruzado y se puso casi a la par con el número dos.
Esa misma dinámica se repitió en el segundo set, en el que el público del Arthur Ashe apoyaba claramente al argentino, que se puso en pie en varias ocasiones para aplaudir la insistencia de Schwartzman en intercambios repletos de diversidad.
En la segunda manga, una sucesión de complicados golpes en la línea de fondo y luego en la red, que desembocaron en un derechazo con el que el argentino superó a Nadal, fueron recibidos con un ensordecedor aplauso del público.
El mallorquín sin embargo no perdonaba los errores no forzados de su rival en un partido que ha marcado el cuarto de final de un Grand Slam número 40, de los que sólo ha salido derrotado en siete ocasiones.
En el tercer set, Nadal, que mostraba calambres en el antebrazo por la humedad y la deshidratación tras más de dos horas de partido, sí consiguió dominar a un Schwartzman visiblemente cansado, y cerró la última manga en 41 minutos.
"Cuando está confiado sé lo difícil que es de frenar", dijo Nadal sobre el arrojo de su contrincante. "Pero estoy muy contento con la forma en que acepté la situación", aseveró.
Schwartzman se ha quedado así sin ser el tenista más bajito, con 170 centímetros de estatura, en llegar hasta una semifinal de un Grand Slam desde que lo hiciera Harold Solomon en el Roland Garros de 1980.
Nadal llega a su octava semifinal del Abierto de EE.UU., en la que se enfrentará al italiano Matteo Berrettini, de quien dijo que está dando grandes pasos adelante todas las semanas, pero aseguró que el partido de hoy le ha dado "confianza".