24/11/2024

Dominic Thiem, constancia sin premio

Jueves 01 de Marzo del 2018

Dominic Thiem, constancia sin premio

A pesar de mantenerse dentro de los 10 mejores del mundo, el máximo logro de Dominic Thiem es el del Abierto Mexicano de Acapulco del 2016

A pesar de mantenerse dentro de los 10 mejores del mundo, el máximo logro de Dominic Thiem es el del Abierto Mexicano de Acapulco del 2016

El austriaco Dominic Thiem ha dejado de ser una promesa del Tour ATP para convertirse en una realidad. La última vez que estuvo fuera del Top 10 del ranking fue en mayo del 2016; a partir de ahí su nombre ha estado al lado de los de las grandes estrellas, a pesar de solo tener 24 años. 

En 2015 se convirtió en la mayor novedad de la gira, al ganar tres títulos en arcilla (Niza, Umag y Gstaad) y a pesar de recibir mucha más atención y subir poco a poco en la clasificación, en la campaña siguiente solo confirmó esas buenas sensaciones. 

Volvió a conseguir títulos en polvo de ladrillo (Buenos Aires y Niza), pero también en cemento (Acapulco) y en pasto (Stuttgart) para levantar la mano en torno al tan esperado relevo al suizo Roger Federer, el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic. 

Sin embargo, a partir de ahí su carrera se estabilizó. Ha ganado al menos un título cada año (ya se impuso en Buenos Aires), pero aún no da el gran salto en un certamen importante, con la constancia en el ranking como su mejor argumento, a la espera de dar el siguiente paso.

Acumula 17 derrotas en torneos grandes, donde su mejor actuación han sido las semifinales de Roland Garros en las últimas dos ediciones, aunque en el resto de majors no ha superado la cuarta ronda; algunas veces se ha encontrado con Nole, con Rafa o el argentino Juan Martín del Potro, pero en ocasiones lo eliminaron jugadores como el estadunidense Tennys Sandgren en Australia hace un mes. 

En los Masters 1000, mientras la nueva promesa del circuito, el alemán Alexander Zverev, ya tiene dos trofeos, Thiem todavía aguarda por el primero y lo más cerca que ha estado fue en la arcilla de Madrid el año pasado, cuando perdió la final contra Nadal. 

Por eso lo más destacado en su currículum sigue siendo ese título en Acapulco 2016, cuando el torneo apostó por una nueva generación y Dominic le dio la razón, al conseguir su primer ATP 500, tras derrotar al australiano Bernard Tomic en la final, en un certamen en el que partía como cuarto favorito. 

En el camino se impuso al búlgaro Grigor Dimitrov, campeón en 2014, en cuartos de final y al estadunidense Sam Querrey en semifinales, para ganarse a la gente al utilizar la playera de la selección mexicana de futbol con su nombre en el festejo. 

Dominic está de vuelta en Acapulco, tras perder contra Querrey en cuartos el año pasado y ya es uno de los consentidos del certamen, participa en las actividades alrededor del tenis y luce cómodo, a pesar de tratarse de un evento celebrado en cancha dura. 

“Siempre es muy especial estar aquí, hace dos años gané el título más importante de mi carrera hasta ahora, así que es un sentimiento increíble regresar, todo lo que rodea al torneo de Acapulco es genial y lo disfruto mucho”, reconoció a La Afición. 

LA META DEL TOP 10

No obstante, para el austriaco las expectativas para esta temporada son las de mantenerse en la línea de los últimos dos años, con una presencia permanente entre los diez mejores de la ATP y con la disputa de la mayor cantidad de torneos posible, para sumar a los cinco que ya acumula en estos dos meses del 2018. 

“Es un año largo, como todos, así que no puedo decir nada de cara al futuro, pero intentaré terminar en el Top 10 otra vez, lo que he hecho en los últimos dos años y creo que es un gran logro para mí, respecto a todo lo que siga después de eso, solo lo esperaré”, señaló.

Esa constancia le permitió estar en las dos últimas ediciones de las Finales del Tour, el torneo reservado solo para los ocho mejores del mundo al cierre de cada temporada, aunque todavía no supera la primera ronda. 

Lo más preocupante para la nueva generación, encabezada por Thiem y Zverev, es que los últimos cinco títulos de Grand Slam se los han repartido Federer y Nadal, con lo que el cambio todavía no llega al tenis varonil.

“Es posible (que ocurra este año), sería bueno para nosotros, pero todavía tenemos que vencer a las viejas estrellas para eso y no es nada sencillo”, aceptó el número seis del mundo. 

Por lo pronto, el de Acapulco hace dos años se mantiene como el título para presumir en el historial del austriaco. 

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