A Marcelo Trobbiani (63 años) le bastaron los últimos tres minutos del Mundial de 1986 para inventar un vistoso taquito antes del pitazo final que selló la victoria de Argentina 3-2. Al último campeón del mundo contratado para jugar en Ecuador (en Barcelona, 1990) el diario La Nación, de Buenos Aires, lo definió así en el 2013: “Destacado futbolista por sus cualidades técnicas, campeón con Boca y Estudiantes de La Plata, integrante del plantel que se consagró en México”, es recordado por el “virtuosismo que desplegaba en la cancha”.
El exvolante ofensivo dialogó ayer con EL UNIVERSO del elenco albiceleste dirigido por Carlos Bilardo, en el que fue compañero de Diego Maradona. De cara a Rusia 2018, el coordinador de las menores canarias estimó que a la selección de Jorge Sampaoli le falta un líder, más allá de lo futbolístico. Cree que se coronará aquel combinado que logre solidez defensiva.
¿Qué pensó al fabricar ese taco cuando la tensión era enorme? Faltaba un minuto y Argentina ganaba 3-2 en la final de México 1986.
Esa es una anécdota de la que me hablan más que del gol de Maradona a los ingleses (el segundo, gambeteó a medio equipo). Cuando me la pasó Diego vi que un alemán (Hans-Peter Tanque Briegel) venía por detrás. Me dije: ‘Si este me la quita y empatan, me matan; Carlos Bilardo me tira del avión’ (ríe). Me salió entonces un taco al Negro (Héctor) Enrique, quien me pasó por detrás. No terminó en gol de milagro. Lo mío fue más por intuición y por temor de perder la pelota.
¿Cree que usted debió tener más minutos en el Mundial de México?
Existía la ilusión. Entrenaba para eso, como todos; pero la competencia era tremenda, principalmente para mí. Éramos más de cinco números diez espectaculares: Maradona, (Ricardo) Bochini, (Claudio) Borghi, (Jorge) Burruchaga y (Carlos) Tapia. Era muy difícil poder jugar; en las prácticas nos matábamos porque representábamos al país. Nos fuimos a México vapuleados por todos tras entrar por la ventana en la eliminatoria (gol de Ricardo Gareca a Perú, en el último minuto). No éramos favoritos ni por asomo, pero sabíamos que debíamos lograr algo grande en el Mundial.
Pero fue titular con Bilardo en Estudiantes y así no le dio más tiempo en México.
No tuve minutos porque él encontró el equipo y además se la jugó más por Borghi y el Negro Enrique. Había otros grandes jugadores. Era difícil la elección de los 23. Por ejemplo, en la eliminatoria también estuvieron Miguel Ángel Russo y Alejandro Sabella (no fueron a México).
Compartió habitación con Valdano en el Mundial. ¿De qué hablaba con él?
Soñábamos siempre con jugar. Lo hacía reír. Él hablaba muy bien, muchas cosas difíciles. Yo le pedía que después me explicara lo que había dicho, porque hablaba con palabras difíciles (ríe). Es un buen ser humano y muy inteligente. Permanecemos en constante contacto todavía.
Cuando él anotó en la final el 2-0, se lo dedicó a usted.
Tras fallar él un gol contra Bélgica (en las semifinales), en la habitación le dije que él anotaría en la final, que se olvidara de lo anterior. Era algo que cualquiera con un gran cariño le habría dicho; sabía que había que levantarlo, porque era muy importante en nuestro esquema. Cuando Jorge anotó su gol, celebró señalándome con el dedo (al banquillo) y me lo dedicó.
¿Cómo era su relación con Maradona en México?
La convivencia con Diego era espectacular. Lo tuve de compañero en Boca Juniors y en la selección. Era un tipo excepcional por lo que jugaba, hacía y representaba. De aquel Diego puedo hablar, del de ahora no, porque no es como el de aquel momento.
¿Qué recuerdo tiene fresco aún de Carlos Bilardo?
Predicaba el mismo fútbol de todos quienes tienen ganas de jugar. Siempre puso jugadores de categoría. Era muy obsesivo en los asuntos estratégicos, pero también ponía a quienes jugaban muy bien. Nunca nos cortó la libertad de jugar. Es mentira que Menotti era más lírico. El fútbol es uno solo y así lo demostró Bilardo, siendo el mejor técnico de todos los tiempos en la selección albiceleste. Es difícil que lo igualen.
Menotti lo dirigió en el torneo de Esperanzas de Toulon (sub-21) en 1975, ganaron el título. ¿Se identifica más con él o con Bilardo?
Es muy difícil (decidir). A la juvenil me llevó Menotti y luego me hizo debutar en la mayor. Tenían distintas ideas. Menotti se inclinaba más por la moral. Carlos, en cambio, me fue a buscar en Boca. Me identifico con los dos, pero más con Bilardo, porque lo tuve en Estudiantes y salimos campeones (en 1982). Ambos fueron muy buenos en mi carrera.
¿Y si tuviera que elegir entre Maradona y Messi?
Es muy difícil de contestarlo. Maradona tenía liderazgo, además de ser un jugador extraordinario. Messi es más regular y lo muestra cada fin de semana. Diego tenía grandes partidos y otros no tanto. No puedo decir quién es mejor. Para quedar bien diría Diego, pero seré honesto: ambos son fuera de serie.
¿Qué expectativas tiene de Argentina en Rusia?
El mediocampo todavía no está bien. No tenemos los volantes de España o Brasil, aunque tengamos muy buenos jugadores arriba. Sampaoli tiene una idea de juego dinámico y rápido. Pero el liderazgo de hablar y arengar no se ve. A Messi no lo critico porque es su forma de ser.
¿Qué opina de la exclusión de Mauro Icardi?
Sampaoli tenía que elegir, algo muy difícil para un técnico. Quizás no lo convenció cuando lo llamó (para los amistosos). Hay otros arietes ya con experiencia, incluso Gonzalo Higuaín, aunque muchos no lo quieran y no le perdonen (haber fallado goles en finales con la Albiceleste).
¿Quiénes son candidatos?
Quien mejor defienda será campeón del mundo. Potencial ofensivo lo tienen todos los favoritos. Los más sólidos en defensa serán campeones.
¿Y la selección sorpresa?
Inglaterra. Tiene jugadores muy buenos, rápidos; y Pep Guardiola (DT del Manchester City) ha dejado huella en todos los países a los que fue: le dio a España medio equipo del Barça para que ganara el Mundial 2010. Y le dio a Alemania medio equipo del Bayern Munich para el campeón 2014. De ahí pueden ser Bélgica o Francia.
Muchos creen que si Lionel Messi no sale campeón del mundo, Diego (Maradona) por siempre será el mejor; algo que yo no comparto. Prefiero ser honesto: ambos son fuera de serie.
Marcelo Trobbiani, campeón con Argentina en México 1986
(D)