El gobierno de EE. UU. ha anunciado la disolución de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) antes del 1 de julio de 2025. Esta decisión marca un cambio significativo en la política exterior estadounidense. Según un comunicado enviado al Congreso, varias de las funciones clave de USAID se transferirán al Departamento de Estado, mientras que otras serán eliminadas por completo.
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Asimismo, el secretario de Estado, Marco Rubio, respaldó la medida, argumentando que USAID "se apartó de su misión original" y que la ayuda exterior debe centrarse en los intereses nacionales de EE. UU. y en fortalecer los lazos con sus aliados.
La asistencia internacional debe enfocarse en proteger fronteras
Marco Rubio enfatizó la necesidad de enfocar la ayuda internacional en "proteger nuestras fronteras y promover los intereses nacionales", un enfoque que refleja el giro en las prioridades de la administración actual.
Impacto de la reestructuración de USAID
Con la disolución de USAID, el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ha anunciado la eliminación de casi todos los puestos no estatutarios en la agencia. Esta decisión responde al objetivo de consolidar las operaciones dentro del Departamento de Estado, generando incertidumbre sobre el futuro de miles de empleados de USAID.
Avances y desafíos en la disolución de la agencia
El 10 de marzo, el secretario de Estado informó que el gobierno ha cancelado el 83 % de los programas de USAID y continúa trabajando con el Congreso para transferir el resto. Aunque un tribunal federal intentó bloquear temporalmente esta reestructuración, un fallo posterior permitió que el proceso de disolución continúe.
Este cambio en la estructura de USAID marca un nuevo enfoque en la política exterior de EE. UU., con implicaciones importantes tanto para los empleados de la agencia como para la futura gestión de la ayuda internacional.