En los últimos días, la propuesta de un cheque de estímulo denominado DOGE ha sido tema de conversación en EE.UU., luego de que algunos legisladores y funcionarios gubernamentales propusieran la posibilidad de distribuir parte de los ahorros del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Esta idea ha causado revuelo debido a la exclusión de ciertos grupos de la población, especialmente aquellos con menores ingresos. Según la propuesta, los cheques podrían llegar a ser de hasta US$5,000, pero no todos los ciudadanos calificarían para recibirlos.

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Las personas que no recibirán el cheque de estímulo DODGE
Uno de los principales requisitos para acceder a este estímulo es haber pagado impuestos federales sobre la renta. Esto significa que las personas que no hayan declarado impuestos o que no hayan tenido suficientes ingresos para estar sujetas a este impuesto no recibirían el cheque de estímulo. Esto afectaría a una gran parte de los ciudadanos que, por diversas razones, no cumplen con este requisito. En particular, los trabajadores de bajos ingresos, aquellos que están en situación de desempleo o los jubilados que no generan ingresos suficientes para declarar impuestos serían los más afectados.
En este contexto, las personas con ingresos menores a US$40,000 anuales podrían quedar excluidas de este beneficio, lo que ha generado un amplio debate. Por un lado, se argumenta que este grupo de personas es el que más necesita ayuda económica en momentos de crisis. Sin embargo, la propuesta busca asegurarse de que los estímulos lleguen a aquellos que realmente contribuyen al sistema fiscal, lo que ha sido defendido por algunos legisladores como una medida para evitar el abuso del sistema.
Otro factor relevante es que este cheque de estímulo DOGE se financiaría a través de los ahorros obtenidos por una mayor eficiencia en el gobierno. Esto significa que la propuesta también está centrada en la idea de optimizar el uso de los recursos públicos, buscando que el gobierno gaste menos y redistribuya ese dinero para beneficiar a la ciudadanía. A pesar de que este plan parece prometedor en cuanto a los montos que se distribuirían, su implementación aún está en proceso de discusión.
El debate sobre quién califica para el cheque de estímulo DOGE ha revelado la polarización que existe en torno a las políticas fiscales en EE.UU. Mientras que algunos defienden la idea de que todos los ciudadanos deberían ser elegibles para recibir apoyo económico, otros argumentan que solo aquellos que contribuyen al sistema fiscal deberían recibir beneficios. Esto subraya la preocupación por cómo se distribuyen los recursos públicos y la necesidad de un sistema que sea justo y equitativo para todos.
Por el momento, no hay una decisión final sobre la propuesta del cheque de estímulo DOGE, y aún existen muchas incógnitas sobre cómo se implementaría en la práctica. Es probable que en los próximos meses se sigan realizando ajustes y negociaciones para llegar a un consenso que permita que este estímulo llegue a la mayor cantidad de personas posible, sin dejar de lado la eficiencia fiscal y la sostenibilidad del proyecto.