Enero marca el corazón del invierno en Estados Unidos, famoso por sus impactantes nevadas y las temperaturas más bajas del año. Desde las Montañas Rocosas hasta la Costa Este, este mes caracteriza los paisajes y desafíos propios de la temporada invernal.
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Frío extremo en diversos puntos de EE.UU.
Este mes se originan mayor cantidad de nevadas en muchas partes de Estados Unidos, o al menos el segundo más nevado. Zonas como los Grandes Lagos, el Medio Oeste y las Montañas Rocosas alcanzan su máxima acumulación de nieve durante este mes, con ciudades como Chicago (28.7 cm), Cleveland (46.7 cm) y Salt Lake City (32.2 cm) destacándose por sus altos niveles de nieve.
En la Costa Este, enero y febrero están muy parejos en cuanto a nevadas. Boston acumula un promedio de 36.3 cm de nieve en enero, apenas menos que los 36.6 cm de febrero, mientras que Nueva York recibe 22.4 cm en enero frente a 25.6 cm en febrero.
El final de enero es especialmente relevante, ya que marca el comienzo de un período de 40 días propenso a fuertes tormentas de nieve en el Noreste. Según la Escala de Impacto de Nevadas del Noreste (NESIS), desde finales de enero hasta mediados de febrero se registran algunas de las tormentas de nieve más intensas y frecuentes, cubriendo grandes áreas habitadas con importantes acumulaciones.
Enero es también el mes más frío del año en Estados Unidos
Desde las Llanuras del Norte y el Medio Oeste hasta el Sureste y el Noreste, las últimas dos semanas de enero suelen ser las de temperaturas más bajas. Incluso Alaska, conocida por sus climas extremos, experimenta sus jornadas más frías durante este mes.
En la región occidental de las Montañas Rocosas, el periodo más frío llega un poco antes, generalmente a comienzos de enero o incluso en diciembre. Esta combinación de fuertes nevadas y temperaturas extremadamente frías convierte a enero en el mes más riguroso del invierno en Estados Unidos.