¡Atención, Estados Unidos! Con el próximo mandato de Donald Trump, Pekín se prepara para un choque económico en 2025. El gobierno chino anuncia medidas fiscales de emergencia para fortalecer su economía y flexibilizar la política monetaria.
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Siendo así, se anticipan a las duras tensiones comerciales y los aranceles altos que el presidente electo estadounidense prometió imponer a los productos chinos. ¿Una nueva guerra comercial en el horizonte? En esta nota te contamos todos los detalles al respecto.
El regreso de Donald Trump a la presidencia: ¿Cómo se pronunció China?
El regreso de Trump a la presidencia ha generado preocupación entre los líderes chinos. Como respuesta, Pekín está tomando medidas fiscales activas para estabilizar su economía, fomentar el crecimiento interno y apoyar la recuperación económica en medio de la incertidumbre internacional.
Cabe mencionar que el gobierno chino ha adoptado un enfoque fiscal expansivo para 2025, con el objetivo de contrarrestar los posibles efectos negativos de una nueva guerra comercial con EE. UU. En su reciente comunicado, las autoridades chinas indicaron que aumentarán el gasto público en áreas clave como infraestructura y tecnología, y ofrecerán incentivos a las pequeñas y medianas empresas.
Con esto en mente, la política fiscal será más activa y, según las autoridades, se realizarán ajustes rápidos en función de las condiciones del mercado. Pekín también ha confirmado que la política monetaria será moderadamente flexible para incentivar la inversión y el consumo interno.
Donald Trump retoma la presidencia de EE.UU.: El impacto en las relaciones comerciales con China
El regreso de Trump a la presidencia de EE. UU. podría endurecer la política comercial hacia China, lo que llevaría a un aumento de los aranceles sobre productos chinos. Durante su mandato anterior, Trump impuso tarifas a varios productos chinos para reducir el déficit comercial del país norteamericano y presionar a Pekín en temas de propiedad intelectual y comercio justo.
Aunque las reformas fiscales de China están diseñadas para estabilizar su economía a corto plazo, podrían tener un impacto duradero en el crecimiento global. Si los estímulos fiscales y las medidas monetarias tienen éxito, China podría mantener su crecimiento económico y seguir siendo un actor clave en la cadena de suministro global.
Sin embargo, es importante destacar que si las tensiones comerciales con Estados Unidos se intensifican, la incertidumbre global podría aumentar. Como consecuencia de este contexto, las economías emergentes que dependen del comercio con China podrían verse afectadas.
Apoyo fiscal en China: ¿Cuál será el futuro del país?
A medida que 2025 se aproxima, las autoridades chinas se centran en diversificar su economía y asegurar que el país pueda mantener su crecimiento frente a los desafíos internacionales. Aunque el regreso de Trump podría traer nuevos obstáculos, China confía en que sus políticas fiscales proactivas y reformas estructurales asegurarán una recuperación económica, incluso en tiempos de turbulencia.
Asimismo, está promoviendo la innovación tecnológica y fortaleciendo las cadenas de suministro internas para reducir la dependencia de los mercados internacionales, especialmente de EE. UU. Este enfoque podría permitir a China adaptarse a los nuevos retos económicos que surgirían durante la administración del presidente electo estadounidense.