La sorprendente caída de peces del cielo llamó la atención en diversas ocasiones a nivel mundial, siendo los casos más sonados los ocurridos en Estados Unidos y Australia. Sin embargo, este fenómeno peculiar también es común en un país de Latinoamérica, donde es conocido como la 'lluvia de peces'. Esta curiosa tradición se convirtió en un evento anual arraigado en la cultura de la nación. ¿Por qué ocurre y cuándo se da el fenómeno?
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¿En qué país de Latinoamérica llueven peces?
La extraordinaria lluvia de peces es un fenómeno natural impresionante que ocurre una vez al año, al final de la primavera y al comienzo del verano, en el pueblo de Yoro, Honduras. Cuando la tormenta finaliza, la tierra queda cubierta por cientos de pequeños peces plateados. Los habitantes suelen salir con cubos para recolectarlos, y para algunos de ellos, esta es la única época del año en la que pueden disfrutar de pescado fresco.
En 1970, un equipo de National Geographic fue testigo de este evento. Aunque los lugareños aseguran que los peces caen del cielo, existe la teoría de que realmente provienen de las nubes.
Una de las particularidades de este fenómeno es que aún no se comprende completamente cómo los peces logran sobrevivir a esta caída. Se especula que la lluvia amortigua su impacto y que el agua que los transporta les proporciona oxígeno suficiente para subsistir durante el breve tiempo que pasan en el aire.
¿Por qué hay lluvia de peces en Honduras?
Aunque pueda sonar como una escena sacada de una historia de ciencia ficción o incluso de la Biblia, tiene una explicación científica. La lluvia de peces sucede cuando un pequeño tornado "aspira" peces ya sea de un río o del mar y los transporta hasta una nube tormentosa, desde donde finalmente caen junto con abundantes precipitaciones.
De hecho, si han experimentado bajas temperaturas, es posible que los peces caigan congelados, pero generalmente caen vivos.
Respecto a este fenómeno, el profesor de física en la Universidad West Texas, Christopher S. Baird, explica que "los peces son absorbidos por el vórtice del tornado o la tromba marina y luego son llevados por las nubes hasta que la velocidad del viento disminuye lo suficiente como para permitirles caer nuevamente al suelo, posiblemente a kilómetros de distancia de donde comenzaron".