La vida les puso una meta distinta, el camino más difícil, la partida más complicada. Ellos y ellas lo transformaron en combustible. Le sobra fuerza para superar cada reto. Lo hemos visto en los últimos días: hace una semana el Perú celebró dos medallas en el Mundial de Paratletismo de Nueva Delhi, las primeras que se ganan en este evento desde que se disputa desde 1994. Un hito. Es un logro para el país, pero más –mucho más–, para los deportistas, sus familias y quienes los rodean.
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Natural de Paucartambo, Neri Mamani inició su carrera en Cusco, sin zapatillas, pero con mucha ilusión. La falta de vista fue impulso más que impedimento. Sin ser atleta, ganó su primera prueba de 6km en Tacna en el 2019. Dejó a su madre en su pueblo y se dedicó al deporte, pero la falta de recursos la hizo pensar en dejar todo. Tuvo su propia familia en Cusco y vendió productos en las calles para sobrevivir, hasta que encontró el apoyo que la hizo volver, tal como cuenta entre lágrimas a la “Cátedra Deportes”, a su llegada a Lima.
Melissa Baldera perdió la vista por el glaucoma tras culminar el colegio en Comas y entre tantos logros, su pequeño hijo es su más grande victoria. Fue madre hace unos años y se alejó del deporte para dedicarse a su familia. Pero decidió volver en los horarios que su hijo le permitía –“mis horarios son los que me deja mi hijo”, dice–, y lo hizo de gran forma para ser medallista mundial.
Ellas son nuestras medallistas, nuestras campeonas de vida. No son, sin embargo, las únicas atletas de élite con las que cuenta el país. La lista es generosa y la integran, también, Kenny Pacheco, Jesús Castillo, finalistas en sus pruebas, y a Rosbil Guillén, a quien el calor lo venció en su competencia. ¿Qué hay detrás de este mundial exitoso para el Perú?

—El trabajo silencioso—
El paratletismo guarda historias como estas y tantas más de quienes la practican. Miguel Calmet, head coach (coordinador de todos los entrenadores) de paratletismo de la Asociación Nacional Paralímpica del Perú (ANPP), nos cuenta que hay alrededor de quince paradeportistas que pueden ser considerados de alto rendimiento. De hecho, para el Mundial de Nueva Delhi fueron ocho los que lograron marcas mínimas, pero solo se decidió enviar a cinco con base en el ránking y resultados previos.
“Las medallas en el mundial permiten pensar algo: podemos estar a la altura de otros países que nos llevan más de 20 años de práctica y desarrollo”, nos comenta el entrenador. Destaca que los mundialistas fueron con altas expectativas por lo que venían haciendo en la temporada y los resultados se dieron en gran forma.
Pero no quieren quedarse en ese éxito. A fin de mes se realizan los Juegos Parapanamericanos Juveniles en Santiago y Perú tiene una representación de diez paratletas, mientras, los mayores ya tienen en el horizonte los Parasudamericanos en Colombia el próximo año. “Perú ya no puede ir solo a competir, tiene que ir a buscar medallas. Si bien aún no tenemos una gran delegación de 30-40 como Brasil o Colombia, que es local, los 10-12 que vayan, irán a pelear algo importante”, nos comenta el entrenador.
Rosbil Guillén 5.000m y maratón T11
Kenny Pacheco disco y bala F55
Jesús Castillo 200 y 400 F64
Neri Mamani 1.500 T11
Melissa Baldera 200 y 400 T11
Efraín Sotacuro maratón T46
Carlos Sangama maratón T46
Carlos Felipa bala y salto largo F63
Eric Bolívar cava F51
María Fernanda Medina 100m T63
Daniel Pérez 5.000m T11
Robinson Perea 1.500m T20
Héctor Henckell 1.500m T20
Luis Chumpitazi 100m T53
Daisy Luyo disco F11
Samuel Ormeño salto largo T13
Milagro del Pilar Marín Salto largo T11
Diego Marín salto largo T42
El trabajo es grande y muy amplio. El paradeporte demanda mucho esfuerzo porque cada categoría es distinta y requiere un entrenamiento diferente, desde aquellos que tienen poca visión hasta los que deben movilizarse en silla de ruedas. Además, hay pruebas de fondo, de velocidad y de lanzamiento. “El entrenamiento es individual y tenemos que dividirnos en grupos. Además, los T11-12 necesitan guías y eso es complicado conseguir porque aún falta esa vocación de servicio”, nos comenta Miguel.
Pese a todas las complicaciones, son cinco entrenadores principales que trabajan con asistentes para las labores. Además, han logrado establecer convenios con las Fuerzas Armadas para que capten atletas del Ejército y sean ellos quienes los apoyen como guías.
Juveniles
(competirán en Panamericanos Junior de Santiago)
- Samuel Ormeño Villa - 100m T13
- Tiziana Gonzales Segura - 200m T46
- Antonio Hurtado Beramendi - 100m T37
- Tania García Dávila - 100m T11
- Sabrina Linares Flores - 100m T46
- Fabrizio Fernández Calderón
- Rolando Capcha Palomino - 1.500m T12
- Jesús Delgadillo Coronado - disco T56
- Gary Ñahuero Bullón - 1.500m T11
- Demetrio Daza Quispe - 1.500m T46
La ANPP trabaja en cinco sedes: una en Huancayo, otra en Cusco y tres en Lima para los entrenamientos y la captación de talento. Quizás esta es la parte más dura que les toca, porque no todas las personas con alguna discapacidad pueden llegar a ser paradeportistas de alto rendimiento. “Hay que hacer filtros, ver si van a llegar al alto rendimiento. Aunque suene cruel, a muchos chicos les recomendamos mejor que vayan a otros talleres que les ayudarán en su rehabilitación, pero acá es competitivo, esto es la selección”, comenta el entrenador. La tendencia en el mundo es competir con paratletas que tengan discapacidades menos severas por el nivel que existe.
Para fichar nuevos talentos, la ANPP se vale del Instituto Nacional de Rehabilitación, de los talleres de paradeporte que organiza el IPD e incluso de exatletas que van conociendo diversos casos. Pero esa no es la parte más difícil, acogerlos sin contar con el presupuesto necesario para hacerlo es lo que complica establecer mejores objetivos. “En el paradeporte se depende mucho de la tecnología y la tecnología es cara. Como asociación necesitamos respaldo económico para lo que se viene en el 2027”, nos dice Miguel, y cuenta que muchos paratletas se han alejado justamente por eso, porque tienen que ver la forma de conseguir ingresos. Espera que con Lima 2027 en el horizonte, algunos se animen a volver para seguir buscando gloria deportiva.
Así, el paradeporte busca hacerse un espacio y las medallas mundialistas brillan por sí mismas.
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