Lucha Villar suspira antes de responder. Han sido semanas intensas: mundiales en India y Singapur, viaje a Seúl para la asamblea del Comité Paralímpico Internacional, y la organización de los próximos eventos. Desde 2015 preside la Asociación Nacional Paralímpica del Perú (ANPP), una labor que asumió cuando el país necesitaba formar urgentemente un comité para recibir la bandera de los Juegos Parapanamericanos. Desde entonces, ha liderado una transformación silenciosa que va más allá de las medallas.
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Su historia familiar explica parte de su vocación. Su bisabuelo, Luis Gálvez Chipoco, padre del atletismo peruano, fundó la Confederación Sudamericana de Atletismo. Su abuelo fue el primer campeón sudamericano en la historia del deporte peruano, ganando los 400 metros con vallas en 1929. Ella misma fue nadadora, campeona en 100 y 200 metros de espalda. Pero fue conocer el paradeporte hace 25 años lo que cambió su rumbo definitivo. Ahora gobierna ocho disciplinas paralímpicas desde un cargo ad honorem, combinando su presidencia con su trabajo como profesora de colegio y docente universitaria.
-Acaban de terminar dos eventos importantes: los mundiales de paratletismo y paranatación. ¿Cómo te sientes con los resultados?
No te imaginarás la alegría que nos ha dado la participación de los chicos. El hecho de tener presencia como país dice mucho de cómo poco a poco se va mejorando el nivel de nuestros paradeportes.
Neri Mamani hizo historia en Nueva Delhi. Ganó la primera medalla de oro para Perú en paratletismo, superando una discapacidad visual en los 1500 metros junto a su guía. Melisa Baldera también subió al podio con un bronce en los 400 metros. Kenny Pacheco acabó sexto en lanzamiento de discos, Jesús Castillo compitió en los 100 y 200 metros, y una ola de calor frenó a Rosbil Guillén en los 5000 metros.
En Singapur nos representaron tres paranadadores: Dunia Felices y Rodrigo Santillán, que ya son deportistas paralímpicos con experiencia, e Isaías Sono, una joven promesa que se prepara para los Parapanamericanos Juveniles de Chile. Isaías llegó a la final de los 50 espaldas. Rodrigo quedó quinto en sus pruebas. Dunia no pasó a la final, pero estar ahí, compitiendo, ya dice mucho de cómo va creciendo.
-Lucha, en paralelo estuviste en la asamblea del Comité Paralímpico Internacional...
Más de 72 países fueron apoyados por el programa del Comité Paralímpico Internacional para poder estar presentes en la asamblea. Fueron dos días de conferencias y dos días de asamblea general. Tuve el honor de ser invitada como comité paralímpico de Perú para hablar en una de las sesiones. Más de 200 entre comités y federaciones internacionales estaban ahí, se dividió en tres paneles, y hablamos de cómo Perú había salido desde 2019 con los Juegos de Lima hacia 2027, y cómo ha ido el desarrollo. Eso también fue una visibilidad muy buena para nuestro país.
-¿Cuántos deportes paralímpicos gobiernan actualmente desde la asociación?
Como comité paralímpico gobernamos paranatación, paratletismo, tiro paradeportivo, para powerlifting, boccia, judo, goalball y fútbol para ciegos. A su vez tenemos a federaciones que son olímpicas y paralímpicas que lo desarrollan en el país, como las federaciones de taekwondo, bádminton, ciclismo, tenis de campo, remo, tenis de mesa, tiro con arco. Cada vez más estamos tratando que aquellas federaciones que sean olímpicas y paralímpicas también puedan desarrollar el deporte para las personas con discapacidad de alto rendimiento. Esa ha sido una de nuestras funciones desde que nos creamos.
-¿Cuál es la misión principal del Comité Paralímpico más allá de los resultados deportivos?
La meta de todo comité es que las personas con discapacidad puedan alcanzar la excelencia a través del deporte. Pero no solamente es el alto rendimiento, sino también trabajar con bases y poder crear esta cultura paradeportiva. En muchos países todavía no existe una conciencia sobre el deporte para las personas con discapacidad, la igualdad de oportunidades, instalaciones accesibles, programas para ellos. Es un largo camino que se necesita trabajar en conjunto con el Ministerio de Educación y las municipalidades, para que más personas puedan tener acceso a alguna práctica de actividad física.
-En Lima 2019 ganaron 15 medallas, en Santiago 2023 fueron 34. ¿Cuál es el sueño para 2027?
Nuestra meta es que en 2027 se ganen aún más. Somos fuertes en varios deportes. La Federación de Taekwondo tiene a la medallista paralímpica de Tokio, de París, y de los Juegos Panamericanos de Lima y Santiago. Angélica Espinoza es un referente muy grande. Tienes en bádminton también tenemos a Pilar Jauregui y Juliana Póveda, que fueron finalistas en París y tienen títulos mundiales, por mencionar algunos. Cada vez más estamos yendo a competir, con todas las dificultades que eso implica, como llegar a la Videna en transporte accesible. En boccia tenemos a Niurka Callupe y César Quispe, campeones mundiales. Los chicos del fútbol para ciegos regresaron de México de la Copa Azteca y consiguieron el primer lugar. Estos últimos meses han sido bien fuertes y con muy buenos resultados, lo cual nos da mucha alegría.

-¿Qué te motiva para seguir al frente del paradeporte peruano?
(Suspira) Cuando conocí el paradeporte hace más de 25 años, me enamoré del movimiento. La fuerza de los chicos, esas ganas cuando los veo entrenar, cuando ganan una medalla, cuando se les dice que clasificaste, o cuando se les tiene que decir que no clasificaste, ellos son los que me dan la fuerza para seguir, por que varias veces me lo he preguntado (ríe).
Llevo 30 años enseñando en el mismo colegio por tres semanas al año sobre el paradeporte, para que los chicos aprendan a ponerse en el zapato de otro, y aprendan a tener mayor empatía hacia las personas que son diferentes. No quiere decir que por eso tengan que ser excluidas. En la universidad enseño el curso de deporte para personas con discapacidad dentro de la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
-¿Sientes el peso del legado de tu familia en el deporte peruano?
Totalmente. Todo lo que pasa, siempre miro al cielo y digo< gracias a papapá —piensa en don Luis Gálvez Chipoco—. Él fue el que me apoyó cuando dije que quería estudiar Educación Física y mis amigos me dijeron que estaba loca, que eso no te iba a dar para comer. Mi papá lo transfirieron a Brasil como agregado aéreo por dos años, y él convenció a mis padres. Él me apoyó, siempre estuvo atrás mío. Gracias a Dios, esta carrera me dio un buen colegio que me dieron las becas para mis hijos, y no la cambiaría por nada. Siempre le pido que me guíe.
-También fuiste nadadora. ¿Cuánto te ayuda haber sido deportista?
Lo valoro muchísimo. Tengo medalla bolivariana, fui finalista en campeonato sudamericano, era campeona nacional de 100 y 200 metros de espalda. Aprendí lo que implica el esfuerzo.
-¿Cómo conectas con los paradeportes?
Conocí el movimiento paralímpico por el hermano de una de mis mejores amigas. Se estaba yendo en ómnibus hasta Venezuela a un campeonato. A partir de ahí empecé a apoyar. Volví al país luego de estudiar, ayudaba a tocar puertas y en 2003 me pidieron apoyo para recaudar fondos para ir a Atenas. Me nombraron jefa de misión y conseguimos auspicios para llegar a los Juegos Paralímpicos. Para mí esa fue una lección de vida: daba emoción de ver a tanto deportista... no veías la discapacidad.

Y ahí nace la idea del Comité...
En una reunión estando allá pensamos: “tiene que haber un comité paralímpico”. Nos tomó 12 años. Hasta que llegó Lima 2019. Para Toronto 2015 tenían que entregar la bandera olímpica al país que iba a organizar los juegos, pero si no tenías comité no se podía. Me dieron esta apuesta para que se formara el comité paralímpico y así fue como nacimos. Nos reconocieron el 10 de diciembre, el día de mi cumpleaños. Un regalo que no me voy a olvidar nunca.
-¿Qué representó Lima 2019?
Fue un antes y un después. Estoy segura que si Perú no hubiera organizado los Juegos, no hubiéramos tenido la visibilidad que se necesitaba para poder tener una delegación digna. Lima 2019 fue la ventana y queremos que Lima 2027 sea la puerta, porque lo que queremos es poder tener un legado palpable y visible como un centro de entrenamiento en la Videna, que es el único lugar accesible.
-Cómo ha cambiado el apoyo al paradeporte desde entonces?
Ha cambiado muchísimo. En Lima 2019 le dieron un departamento tanto al deportista convencional como al paradeportista, eso no lo ves en muchos sitios. Es comprender que tiene que haber equidad, no igualdad. Se le tiene que dar lo necesario para conseguir el mismo objetivo. De repente el paradeporte necesita un poco más.
-¿Qué desafíos quedan todavía?
El factor económico. Las prótesis son carísimas y varios las necesitan. El financiamiento a veces impide poder ir a participar con mayor cantidad de deportistas a más eventos que son lejos. Los medios también hacen mucho. Una medalla de oro en un mundial de paratletismo es una noticia que debería estar en primera plana y que la gente vaya a los eventos, que nos sigan en las redes. Que más empresas se sumen. El esfuerzo y determinación que ponen los deportistas es la fuerza que los que estamos en el lado de la directiva. Nos hace seguir gestionando y buscando. Siempre queremos más.
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