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Juego de luces, peluches lanzados desde las tribunas por el Día del Niño y música para los oídos celestes, eran la antesala de un partido jugado a rabiar. Pero los intentos fallidos, los yerros y los continuos roces en la cancha, hicieron elevar la temperatura. Primero entre los jugadores rivales y luego en la tribuna.
Mariano Soso vivió el partido a su manera, moviéndose mucho y dando indicaciones sin parar, detenido a veces como pensando con una pizarra imaginaria, y dispuesto a reclamar al cuarto árbitro frente a un arbitraje que desentonó para el nivel que se esperaba. Sí, Roberto Pérez no estuvo en su mejor día, lo que generó polémica para ambos lados, en un partido que fácilmente pudo terminar con varios expulsados.
Farré vivió el partido con más calma o mejor dicho, con menos movimiento. Mayormente detenido y con los brazos cruzados, el entrenador también se las arregló para reclamar al cuarto árbitro y alzar la voz cuando era necesario. Muy enérgico, celebró la atajada de Henríquez, que venció al ‘Bigote’ Rodríguez en el penal. Eso sí, en los últimos minutos creció su intensidad como la de todo su comando técnico.
A 15 minutos del final, la fuerte forma de jugar llegó al límite y una gresca se apoderó del partido con varios protagonistas por ambos bandos. Desde la tribuna, también se suscitaron algunos incidentes al detectarse hinchas de Alianza Lima con la camiseta de su equipo, lo que felizmente, gracias a la intervención oportuna de la policía, no terminó en una tragedia. Esto debería significar un llamado de atención para los organizadores, que vieron burlados sus filtros de acceso al estadio cuando había sido establecido que se jugaría solo con hinchada local.
En la cancha, Cazonatti y Quevedo casi se van a las manos, pero otro que se salvó de la roja fue Carlos Zambrano, impetuoso y a veces excesivamente agresivo. Esa calentura terminó trasladándose nuevamente a la tribuna, precisamente a la zona de occidente, donde se encontraba Yoshimar Yotún, ausente del partido por lesión, pero presente en el estadio para apoyar al equipo celeste.
Lo que había empezado como una fiesta, con Yoshimar saludando a los hinchas y hasta firmando autógrafos a los aficionados más pequeños que también le pedían la foto, junto a Alejandro Hohberg y Diego Otoya, los otros dos jugadores fuera de lista. Sin embargo, al final del encuentro, con un ambiente cargado por el resultado (el empate sirve de poco a los intereses del cuadro rimense), el también volante de la selección peruana terminó fastidiado por algunos insultos de los hinchas en occidente.
Aunque al inicio parecía ser un incidente menor, terminó convirtiéndose en un problema que trascendió a la transmisión, que en vivo dijeron que Yotún se defendía por los reclamos de los hinchas, que desaprobaban el resultado. Felizmente todo no pasó de agresiones verbales. Lamentablemente, luego del partido, en los exteriores del estadio Nacional volvieron a surgir problemas, esto pese a que la asistencia era de una sola hinchada, la rimense. Tanto es así, que en un punto, la policía obligó a los aficionados a que vuelvan a ingresar al estadio, mientras los enfrentamientos en el exterior del recinto eran controlados.
La bronca también alcanzó niveles dirigenciales. Y es que el presidente de Cristal, Joel Raffo, según varios periodistas, terminó en una accidentada discusión con representantes de Alianza Lima en el túnel del estadio, por lo que efectivos de la policía se vieron obligados a intervenir para calmar los ánimos de quienes, se supone, deben dar el ejemplo en un evento deportivo de tanta afluencia de público.