Pep llegó al Manchester City y rápidamente bajó una línea: implementar una costumbre inalterable. Es que el catalán trata de que sus planteles no concentren, incluso cuando no juegan como locales. Para él, no tiene sentido juntar a todo su equipo en un hotel en las horas previas a un partido, ya que son profesionales y cada uno debería conocer sus responsabilidades.
"La gente no pasa el día antes de trabajar encerrada en un hotel. Intentamos que las cosas sean iguales para ellos", ha dicho Guardiola en unas declaraciones que recoge The Sun. "Prefiero estar en casa y no enjaulado en un hotel sin nada que hacer. Es de sentido común. No soy un policía. Me voy a la cama a las diez y no tengo necesidad de comprobar si mis jugadores hacen lo mismo".