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Meses atrás le pregunté a Jean Ferrari si la U pensaba hacer algo similar a lo que armaron los íntimos en el 2001, cuando celebraron su cumpleaños 100; es decir, robar jugadores (Esidio y Ciurlizza), hacer una contratación-bomba (Palinha) y traer un técnico A1 (Paulo Autuori; vale aclarar que cuando hablamos, Jorge Fossati ni soñaba con ponerse el buzo de la selección). El administrador crema negó cualquier posibilidad de disparates que pongan en peligro su tesorería como ocurrió con la blanquiazul aquella vez. Pese a que luego de nuestra conversación, el mismo Ferrari soltó la versión de que andaban tras Yotún y hasta hace unos días se daba por hecha la incorporación de Jairo Concha, en Ate tienen su cable a tierra: Antonio García Pye. Sus palabras durante su presentación como asesor deportivo –”hay que desterrar la frase ‘campeonemos como sea’”- detienen cualquier asomo de locura.
Lo mismo ocurre con Cristal que incorporó a Cauteruccio sin soltar un solo dólar. Incluso Alianza se encuentra en esa línea, a pesar de que desembolsó sus buenos ‘morlacos’ -saludos allí donde esté, don Alberto Best- por Kevin Serna y Jhamir D’Arrigo. Los millonarios fracasos de Cueva y Zambrano curaron de espanto a esos dirigentes que creen vivir en los noventa y olvidan que el país es otro. Hoy las áreas de scouting trabajan como si estuvieran bajo el mando de Billy Beane y Peter Brand, los protagonistas de “Moneyball”, esa película que nos enseñó que lo importante no es contratar figuras deslumbrantes sino jugadores que garanticen eficiencia. Aunque el presupuesto con que cuentan es más alto que la temporada anterior, los soles no se desperdician en caprichitos. Bruno Marioni lo confirmó en su última conferencia de prensa, cuando le puso la lápida a Guerrero, Zambrano y Concha: “Tener figuras en el plantel no asegura el éxito (…) Hemos mejorado los estudios y análisis para que los futbolistas compitan dentro de la cancha”.
Los fichajes de los tres grandes |
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Alianza Lima | Alejandro Restrepo (DT) Kevin Serna Renzo Garcés Catriel Cabellos Adrián Arregui* Jiovany Ramos* Juan Pablo Freytes* Jhamir D’Arrigo Cecilio Waterman* |
Universitario | Fabián Bustos (DT) Christopher Olivares Diego Dorregaray* Sebastián Britos* |
Sporting Cristal | Enderson Moreira (DT) Quembol Guadalupe Santiago González* Gustavo Cazonatti* Martín Cauteruccio* |
*Extranjeros |
El hincha, por supuesto, se amarga. Los únicos scouts que conoce son los chicos de camiseta celeste y pañoleta multicolor que dirigen el tránsito cada 30 de agosto. Exige, se toca de nervios, entra en rabia, llama a los dirigentes ‘peseteros’ y hasta lanza nombres de posibles fichajes, como si los futbolistas del momento hicieran cola por venir a nuestro país.
¿Y cómo jugarán la U, Alianza y Cristal esta temporada? Por los antecedentes de Bustos, Restrepo y Moreira, todo hace suponer que mandarán a sus equipos al frente, a la ofensiva, cada cual con sus matices. El juego por las bandas volverá a ser clave, siguiendo el ejemplo de lo que hicieron Polo y Cabanillas el 2023. Y el 3-5-2 parece que volverá a ponerse de moda.
La ventaja con que parte el campeón -mantener el 90% de su plantilla- es más aparente que sólida: aún no tiene reemplazo para Piero Quispe. Y Bustos, aunque fue dos veces campeón en Ecuador, el año pasado se fue al descenso en Brasil lo que abre enormes interrogantes. Restrepo, en tanto, llega con muy buena prensa. En Colombia lo reconocen como uno de los mejores técnicos de su generación. ¿Qué conspira en su contra? Su escasa experiencia y, aunque suene a broma, el torneo peruano. Jugar una semana en altura, la siguiente a 30 grados a la sombra y días después en el llano, en una cancha con desniveles y huecos perjudica cualquier esquema de juego y arruina la planificación. De Moreira se cuenta que pierde los papeles rápidamente y que la flexibilidad no forma parte de su vocabulario, lo cual no es necesariamente malo (tener decisiones firmes es una virtud que algunos confunden con terquedad).
Días atrás recordaba cómo los hinchas de Alianza salivaban después de la incorporación de Cueva, cómo algunos periodistas comentaban que “volaba” en los primeros entrenamientos, sin imaginar la catástrofe que se vendría. Ningún club quiere pasar por algo parecido. Ahora cada sol se cuida como oro.