La transición terminó. No hay más contratiempos, viajes eternos, poco descanso, lesiones inesperadas ni un calendario que no permita trabajar. Es hora de volver a empezar. River debe poner los pies sobre el barro nuevamente, arremangarse, renovar un plantel que se fue apagando con el correr del tiempo, afianzar e insertar conceptos y salir al ruedo otra vez. Tras la eliminación en octavos de final de la Copa Libertadores contra Independiente del Valle, de Ecuador, y dos semestres consecutivos de mucha irregularidad, River ya se empieza a enfocar en un nuevo ciclo de la mano de Marcelo Gallardo por tercer año consecutivo.
Es que al millonario sólo le quedan tres partidos del torneo local -frente a San Lorenzo, Gimnasia y Arsenal-, más el debut de la Copa Argentina ante Sportivo Rivadavia de Venado Tuerto, con fecha por confirmar. A pesar de todo, no será un partido más: deberá prestarle mucha atención a la Copa Argentina ya que sólo puede jugar la Libertadores 2017 en caso de ser campeón. Luego, tendrá dos meses de trabajo para rearmar el plantel y reinventarse futbolísticamente, con el aliciente de poder conseguir una nueva estrella internacional en agosto, cuando jugará la Recopa Sudamericana con Independiente Santa Fe de Colombia.
"Ahora tenemos que frenar y pensar. Arrancar de cero para reflexionar, rearmarnos y trabajar. Es la única manera. El tiempo me brindó esa experiencia. Y lo positivo es que vamos a tener tiempo, que es lo que te da la base para conformar un gran equipo. Eso nos ha pasado en el invierno de 2014. Con esas semanas nos sostuvimos durante todo un año", reflexionó Gallardo, con miras a futuro y con objetivos ya planteados para la pretemporada que llegará: "Quiero volver a crear un equipo que tenga nuestra identidad. Después vemos si ganamos o no. Nos vamos a sostener en eso. Fortaleciéndonos con lo bueno que se hizo".
En esta nueva etapa, habrá caras nuevas y rostros que ya no estarán. Marcelo Barovero, tras cuatro años, y Leonel Vangioni, tras tres años y medio, dejarán el club con un exitoso ciclo en sus espaldas. A su vez, otros jugadores sin buenos rendimientos, como Julio Chiarini, Tabaré Viudez y Nicolás Bertolo, tampoco serían tenidos en cuenta para la nueva temporada. En casos como los de Gonzalo Martínez y Sebastián Driussi, ambos con presentes irregulares, la dirigencia aguardaría por ofrecimientos. Eso sí, no se descarta la posibilidad de desprenderse de jugadores de mayor peso: si llegan ofertas concretas e importantes, podrían negociar la salida de Rodrigo Mora o de Lucas Alario, tal como ocurre con Éder Álvarez Balanta o Emanuel Mammana.
Ni bien finalice este mes, los aires nuevos llegarán a Núñez y también la danza de nombres. Más allá de posibles incorporaciones en todas las líneas, el arco será un punto central por reforzar ante la salida de los dos porteros de mayor experiencia y allí River buscará a Fernando Muslera o a Franco Armani. El resto aún es una incógnita, pero tanto Gallardo y su cuerpo técnico, como Enzo Francescoli saben que necesitan jerarquizar y revivir a un plantel al que le costó engranar durante todo un año y que, además, quedará disminuido.
El golpe por la eliminación en la Libertadores aún perdura. Pero River tiene por delante un desafío mayor, siempre con Gallardo al frente: reinventarse para volver a dar pelea y buscar otra vez lo más alto.
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