Pablo llegó a La Victoria ante el recelo de los hinchas que no dudaron en recordar su paso por Universitario de Deportes, el clásico rival, en 2018. Sin embargo, el volante, perfil bajo como lo ha sido durante su etapa en el fútbol peruano, se encargó de demostrar dentro del campo que el llamado del extécnico Carlos Bustos no iba a ser en vano. De hecho, es el segundo futbolista más influyente en el equipo con diez goles y once asistencias, solo por detrás de Hernán Barcos (18 tantos y seis pases gol).
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Lavandeira se formó en Peñarol, uno de los dos clubes más grandes de Uruguay, su país natal. Pero el destino y las pocas oportunidades hizo que busque nuevos horizontes y debute en Tacuarembó en 2008. Desde ese momento su carrera fue saltar de un equipo a otro en busca de la regularidad. Jugó en Progreso, Huracán y Cerro Largo del fútbol charrúa. En 2012 tuvo su primera experiencia afuera en Deportes Antofagasta de Chile, pero al año siguiente volvió a su país (Progreso y Montevideo Wanderers).
En 2014 se fue a México para jugar por el Atlético San Luis y ese mismo año retornó una vez más a Uruguay para ponerse la camiseta de Villa Teresa. Al año siguiente, UTC apostó por él y lo trajo por primera vez al Perú. En Cajamarca fue el segundo máximo goleador del equipo aunque más se habló de su altercado con Luis Trujillo tras un partido ante Alianza Lima y la recordada frase “ojalá te alcance”.
Deportivo Municipal y Sport Rosario fueron sus dos escalones previos para pegar el salto a un grande del fútbol local: Universitario. Aunque no llegó en un buen momento. En 2018, los cremas pelearon el descenso. Al año siguiente marcó su primer gol en los clásicos ante Alianza Lima en Matute.
Este año, luego de su buen paso por Ayacucho FC, y con 31 años, Pablo fichó por Alianza Lima por pedido expreso de Bustos. Su influencia en el campo, las ganas que le pone en cada balón dividido, han hecho que el hincha blanquiazul lo empiece a querer. De jugar con un hematoma en el muslo y casi sin poder correr ante Cienciano a celebrar con la hinchada en Ayacucho un triunfo épico.
El paso de Lavandeira ha sido tan bueno que muchos piden su renovación. Y un plus es que el próximo año dejará de ocupar una plaza de extranjero. Se nacionalizó hace poco y sueña -¿por qué no?- en vestir la camiseta de la selección peruana. Eso sí, hace muchos años atrás tuvo su primer “encuentro” con la Bicolor aunque fue a lo lejos.
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