—Cuando llegó al país, hace 29 años, se decía que el Perú era “tierra de arqueros… pero nacionalizados”. Ahora la situación es distinta.
La condición de buen arquero del peruano siempre estuvo. Lo que pasa es que se apostaba por un extranjero. A partir de que se le dio oportunidades, de profesionalizar su preparación, las cosas cambiaron. Antes no todos los clubes tenían entrenador de arqueros. Con el tema de [la comisión de] licencias y el reconocimiento de la importancia de un especialista en el entrenamiento, fue mejorando. Y un referente como Gallese es muy importante. Gallese es de esos arqueros que motivan e inspiran. Muchos jóvenes quieren ser como él.
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