Diego Guastavino: "I am excited, someday, to manage 'U', the club that defined my career".

Hay uruguayos que entraron en la historia de Universitario de Deportes y son recordados por su garra, buen juego, goles y títulos, como Rubén Techera, exjugador campeón en 1974 y finalista en la Copa Libertadores en 1972. Otro que dejó huella desde el banco y con la pizarra en mano fue Roberto Scarone, el técnico del ‘Pelusa’, de Héctor Chumpitaz, ‘Cachito’ Ramírez y toda esa generación que casi toca la gloria internacionalmente. En los noventa, un melenudo atacante apodado ‘Ratón’, Tomás Silva, de gran calidad y goles, fue clave en el bicampeonato de 1992 y 1993.

Hace nueve años, la última temporada en que la ‘U’ salió campeón nacional, destacó el último charrúa querido por el universo crema: Diego Guastavino. “Es un orgullo dejar un título para el club, la gente, eso no me lo quita nadie. Es una huella que tengo marcada en la piel”, confesó el jugador de 38 años, quien, desde Uruguay, festejó a distancia los 98 años de vida institucional del club más querido y popular donde jugó y triunfó.

¿Qué significa Universitario de Deportes en tu carrera futbolística?

Es un sentimiento muy especial, los momentos vividos en el club, lo compartido con los compañeros, lo que significa la gente. A mí me marcó mucho en mi carrera, fue un antes y un después. No había tenido la oportunidad de jugar en un equipo tan grande y popular, así que tuve el privilegio de campeonar en el 2013. Me marcó mucho el título. A partir de ahí supe donde estaba, era un lugar para estar siempre, para defender esa camiseta a muerte. Fue un privilegio defender la camiseta de Universitario. Hasta el día de hoy, el hincha me recuerda y eso me llena de orgullo, me pone muy feliz.

Con la ‘U’ lograste tu primer título profesional…

Cada vez que pasa el tiempo es más difícil ser campeón en Universitario. Fue el primer título, en un equipo grande, popular, y lograr eso fue increíble. Hasta el día de hoy me emociona al ver imágenes. Realmente me enriqueció y potenció, son momentos que uno nunca olvida, hasta el día que muera.

El sentimiento con los hinchas nació por tu entrega, juego, goles y el título…

Más que nada nació en el 2013, después del título. Tuve partidos que me marcaron mucho, goles sobre la hora importantes y el hincha se queda con eso, pero más con ser campeón. Con lo que se logró como equipo, como grupo. MI segunda etapa (2016-2017) fue muy buena también, pero no se logró el título, lo que la gente pide. No es fácil ser campeón en Universitario.

Tu relación con Universitario traspasó lo deportivo, la familia se encariño con el país…

Sí, mis hijos iban al club. Hace unos años querían volver a Universitario, obviamente eso es lindo. Ellos lo vivieron, lo sintieron, fue algo muy increíble.

¿Cuál fue el gol más especial con los cremas?

El anotado al Real Garcilaso (hoy Cusco FC) en el Monumental (la primera final del título 2013). El marco de público que había era una final, estábamos para ganarla. Hasta el día de hoy lo veo, lo pongo antes de un partido. Esos momentos son únicos. Me sentía pleno, en otra sintonía, difícil de explicarlo. Cada anotación lo celebraba con mucho sentimiento, había mucho de esfuerzo, desahogo, eran reacciones que demostraban lo que vivía con Universitario.

Los cánticos también estaban a la orden del día…

Sí, estaba el canto antes de entrar a la cancha, era muy simbólico. Eso era lindo. Me ha costado vivirlo en otros lugares. Voy comparando con diferentes equipos, clubes, pero lo de Universitario es único. Esos momentos me marcaron, fue un aprendizaje.

Compartiste vestuarios con futbolistas consolidados como Ruidíaz, ‘Canchita’ Gonzales, ‘Orejas’ Flores…

Había muchos compañeros que tenían sus primeros años en Universitario. Compitieron a un gran nivel. Después hubo un gran crecimiento futbolístico, me enorgullece. Hicieron un gran esfuerzo. Tienen muchas condiciones, pero acompañado de disciplina, y han llegado a selección. Han tenido carreras brillantes.

¿Qué le falta a la ‘U’ para lograr un nuevo campeonato?

Esto demuestra que no es fácil ser campeón un grande como la ‘U’. Desde el 2013, el club no logra el título, pero creo que es por cosas que pasan en la institución. Muchos cambios administrativos, de jugadores, entrenadores. Seguro el deseo de los que están es llevar al club por el camino de triunfos, pero eso llevará su tiempo. Sin embargo, en un equipo grande como Universitario, el tiempo escasea.

¿Viste el juego de Piero Quispe?

Sí, algunos partidos. Tiene todas las condiciones para ser un gran jugador. Es difícil darle la responsabilidad a un chico tan joven, más cuando los resultados no se dan, pero el club necesita seguir dándole oportunidades a los más jóvenes con condiciones. Quispe se ha ganado un lugar por sus condiciones. Ojalá sigan saliendo más jugadores a corto y mediano plazo. Seguro llevará su tiempo, ahí está las manos del entrenador.

Codearse con jugadores de experiencia, en su posición, como tu compatriota Hernán Novick, es importante…

Eso es fundamental para esa clase de jugadores rodearse con jugadores de experiencia, que tengan un sentido de pertenencia con el club. Los más jóvenes no solo tienen que escuchar, sino también ver comportamientos dentro de campo, y muchas cosas más. Hernán es un gran profesional, una gran persona, un líder.

¿Alguna anécdota del campeonato 2013?

Lo que me viene a la mente fue cuando fuimos campeones, perdimos el vuelo para Lima y tuvimos que venir en bus desde Huancayo, así que obviamente había un poco de alcohol en el ómnibus. Rainer Torres, un poco pasado de copas, me dijo: ‘No había cosa más importante que ser campeón con Universitario. Que iba a marcar mi carrera’, me lo dijo a mí y a Sebastián Fernández. Tenía razón. La gente hasta el día de hoy lo recuerda.

¿Y con los hinchas?

Una vez estaba almorzando, viene un mozo y me dice: ‘que la cuenta está a cargo del señor que estaba en la otra mesa’. Me acerqué a él, le agradecí el gesto. Son cosas que solo se viven en Universitario, que marcan, que llenan de nostalgia, de sentimiento. Por suerte tuve la posibilidad de dejar una huellita en el club, son momentos que uno nunca olvida.

Siguen con vigencia, pero tienes pensando ser entrenador de fútbol…

Tengo 38 años y estoy en actividad. Tengo el fuego sagrado de querer jugar, estar en actividad, rendir, demostrar que estoy vigente, pero a parte estoy siguiendo el curso de entrenador con la posibilidad de aprender y ver posibilidades de sumarme a un cuerpo técnico. Es un deseo que tengo, pero hay que prepararse bien, escuchar a los que saben, sumar experiencias y después apostar por ser entrenador.

En un futuro volver al Perú para dirigir a Universitario…

Sin duda. Obviamente llevará su tiempo, me gustaría llegar preparado para tener una posibilidad de esa, pero es un deseo, una ilusión, un sueño. Es algo que pienso y me ilusiona, pero primero me tengo que preparar bien.

¿Cómo fue la experiencia al ser dirigido por Diego Forlán en Atenas?

Fue un privilegio compartir con él. Lo disfruté al verlo en la selección, en Europa, y conocerlo lo veía con mucha vergüenza. Es un tipo muy humilde, con mucho por enseñar. Lamentablemente no se dieron los resultados con Atenas, como equipo, pero como persona Forlán nos dejó sensaciones muy grandes.

Sabías que, cuando ‘Chemo’ del Solar fue director deportivo en la ‘U’, ¿quiso traer a Forlán?

Sí, yo le comenté a Diego, y me dijo que había tenido contacto con ‘Chemo’. Tenía diálogo con él, me comentó eso, hace años atrás.

¿En qué debe mejorar la ‘U’?

No conozco mucho la realidad, pero ojalá pueda resolver los inconvenientes que tiene por la deuda. Quizá la gente que está ahora en el club sea la capacitada para llevarlos por una línea de ambición internacional. Realmente hay que hacerlo grande a la ‘U’, que sea un club modelo a nivel internacional. Hay que encontrar el camino. Además, formar jugadores, tener gente capacitada. Son muchas cosas que seguro lo están haciendo.

¿Qué decirle al hincha de Universitario en sus 98 aniversario?

A su gente, a los jugadores que están ahora, los que estuvieron, los que lograron títulos y lo que no, saludarlos a todos. Agradecerle por las muestras de cariño de siempre. Que la institución mejore por todo lo que me dio, lo digo de corazón.

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