La adrenalina corría por sus venas desde que era pequeño. Zack Zevallos recuerda hoy con alegría esos tiempos en los que montar bicicleta era su actividad favorita. Siempre le llamó la atención la velocidad, sentir ese vacío en el estómago y los nervios en su piel. Con el paso del tiempo tuvo su primera moto y al subirse en ella supo que no había vuelta atrás.
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