Cuando sus compañeros se fueron de viaje de promoción a Cusco, él quedó concentrado. Nadie lo obligó, pero decidió hacerlo como parte de su preparación para un campeonato mundial de Taekwondo que disputaría meses después. El sacrificio valió la pena: quedó en segundo lugar.
Lo recuerda como una inversión de tiempo y esfuerzo. Mucha gente le dijo que no lo haga, pero él estaba cerrado en su idea."Era mi sueño y no iba a dejarlo por un momento. Perdí una experiencia bonita, pero más bonito para mí fue la satisfacción de conseguir una medalla en el Mundial", recuerda ahora.
Hugo Del Castillo practica artes marciales desde los 10 años. A diferencia de muchos, su pasión por el deporte no fue una herencia familiar, sino más bien televisiva. "Me entró el gusto porque veía Dragon Ball Z y Power Rangers. Por ahí entró el gusto por ese tipo de artes marciales", dice.
En ese entonces, ni siquiera sabía qué deporte quería practicar. Solo tenía claro que le gustaba lo que veía en la televisión. Por eso, cuando descubrió que al lado de su casa había una academia de Taekwondo, no dudó en pedirle a sus papás que lo matriculen.
El deportista del Top Perú, recientemente oro en el U.S. Open Taekwondo Championships y en las tres categorías del Open de Costa Rica, se prepara además para ser doctor. Hasta décimo ciclo, fue cuarto puesto de su promoción. Sin embargo, los Panamericanos lo convencieron de ponerle pausa a los estudios.
"Estoy estudiando medicina. Me he dado un tiempo para practicar un poco más. No estoy yendo a la universidad. Creo que llevar la carrera y el deporte me ha hecho organizar mejor mi tiempo", cuenta.
Hugo entrena de lunes a viernes a dos turnos: de siete de la mañana al mediodía y de cinco de la tarde a ocho de la noche. Los sábados lo hace la mañana y los domingos realiza ejercicios en casa. Lo suyo es el Taekwondo, pero no en la modalidad de combate, sino de Poomsae o formas.
El Poomsae es una combinación de movimientos de defensa y ataque que se ejecutan con precisión, armonía, rapidez y fuerza, y que tienen su origen en la filosofía y la cultura coreana. No hay adversario. Así, la presentación de un enfrentamiento imaginario se convierte en un número casi artístico.
Lima 2019 fue la primera vez en la que se incluyó esta modalidad. Y a Hugo del Castillo le fue bien: consiguió la medalla de plata, y quedó en el podio junto a los otros dos favoritos, Estados Unidos y México. El norteamericano Alex Lee quedó en primer puesto y el mexicano Marco Arroyo se quedó con la de bronce.
No fue sencillo. Para conseguirlo, nuestro cinturón negro cuarto dan debió organizar bien sus tiempos. Algo que ya se volvió parte de sus hábitos es crear,cada domingo, un Excel en el que distribuye por hroas sus actividades, incluyendo entrenamientos, momentos con familia, amigos y, claro, con su enamorada, aunque estos últimos sean por videollamada.
"Ella está en México. ¿La distancia? Normal porque la veo en competencias, hacemos videollamadas. Nunca estamos desconectados", menciona.
Se llama Ana Zulema Ibáñez, es mexicana y, al igual que él, practica Taekwondo. Se conocieron gracias a este deporte y, en casi tres años de relación, ya se han enfrentado más de una vez.
"En el momento de la competencia no tenemos rivalidad, Nos ayudamos mutuamente. Siempre reservamos nuestra estrategia. Sin embargo, conversamos y nos reímos de nuestros errores o nos corregimos mutuamente. No es que le demos mucha vuelta",confiesa.
A ambos les fue bien. Hugo del Castillo consiguió la de platay su novia, Ana Zulema Ibáñez, fue campeona Poomsae pares mixtos.
"Como dice Usain Bolt, entreno cuatro años para 10 segundos. Pero todo lo vale", dice. Y tiene razón: lo valió.