En los vestidores su apellido luce en uno de los casilleros de la sede provisional del equipo de los Diablos Rojos Femenil, en el estadio de beisbol de Ciudad Universitaria de la UNAM.
La felicidad la embarga, la pitcher Karla Téllez, dice a MILENIO-La Afición que todavía no procesa el hecho de ser ya una jugadora profesional de la primera Liga Mexicana de Softbol, pitcheando como cerradora en el primer juego que tuvo la escuadra escarlata como equipo local ante el Águila de Veracruz.
La pelotera narra que, de la mano de abuelo, incursionó en el softbol a los 15 años, a diferencia de sus compañeras que iniciaron desde más pequeñas, comenzó en la Liga Anáhuac en la Ciudad de México, participando, por sus capacidades deportivas, en las Olimpiadas Nacionales, y posteriormente en torneos estudiantiles y en Universiadas, representando al Instituto Politécnico Nacional, de donde es egresada de la carrera de Ingeniería Textil.
Con sus largos rizos y la constante sonrisa que la caracteriza, Karlita, como todos la conocen, asegura que la constancia y la disciplina le han permitido lograr todo lo que se propone, como llegar al círculo de pitcheo de los Diablos Rojos Femenil.
Como lanzadora derecha tiene una experiencia aproximada de siete años pitcheando, domina lanzamientos como la recta, drop, cambio, slider, rise y screwball, con una velocidad de entre 60 y 63 millas.
En el último enfrentamiento que tuvieron contra las del puerto de Veracruz y tras haber recibido un home run de Érika Gutiérrez, Karla Téllez ajustó su pitcheo manteniendo el 1-1, el cual fue definido en extra innings y quedando 2-1 a favor de las escarlatas.
La mano de su abuelo
¿Por qué decidiste jugar softbol, cuando practicabas hawaiano, gimnasia y danza contemporánea?
Cuando mi hermano Ricardo Téllez Nieto, quien desde los siete años jugaba beisbol, se fue porque le ofrecieron una beca para estudiar y jugar en Chihuahua, nuestros fines de semana quedaron vacíos, y eran muy aburridos. Fue entonces que decidí meterme a jugar y desde ahí mi abuelo es quien me ha entrenado, o sea desde 15 años hasta ahorita él es el que me ha enseñado todo lo que sé.
Tu abuelo cuenta que le pediste que te entrenara, porque no querías ser del montón.
Le dije que quería jugar, pero que no deseaba pasar desapercibida. Yo añoraba sobresalir en esto, y él en todo momento me apoyó; siempre ha estado ahí para mí, dándome consejos y enseñándome cosas nuevas, incluso sigue preparándose para seguir apoyándome.
¿Cómo cambia ahora tu vida siendo jugadora profesional?
En esta nueva etapa de mi vida deportiva, siento que nada debe cambiar, me considero una persona muy constante y espero que ahora que estoy en la Liga Mexicana de Softbol, sea un proyecto de muchos años. Me siento muy emocionada de ser de las primeras jugadoras profesionales de softbol. Hay días que no me la creo, porque cuando salió la convocatoria nunca pensé que llegaría a este equipo y ahora que estoy aquí, a veces no lo puedo creer. Diario despierto en donde estoy concentrada, siento que es un sueño todo esto que estoy viviendo, y realmente estoy muy feliz.
¿Pensaste claudicar en algún momento de tu vida deportiva?
Una vez estuve seleccionada para representar a la Ciudad de México para el Nacional Sub 22, el entrenador a cargo en ese momento me empezó a gritar y a maltratar, la verdad, me hizo sentir muy mal, por lo que decidí retirarme y no participar. He tenido días muy malos que digo ¡no!, para qué juego, pero hay veces que el juego te lleva a vivir al máximo, y creo que es con lo que me debo quedar. Fuera de eso, siempre he disfrutado y gozado al máximo de mis participaciones en cada partido.
¿Compartes experiencias con tus compañeras de equipo?
Por lo regular, mis compañeras de equipo empezaron más chicas, son raras las que empezaron a jugar ya grandes como yo. Recuerdo que nos dijeron que mandáramos una foto cuando éramos chicas y mandaron de cuando eran prácticamente bebés, y yo no, ya tenía 15 años cuando empecé a jugar, y pues me gusta mucho saber que, algunas de ellas, desde pequeñitas empezaron con la disciplina del beisbol o el softbol.
¿Cómo combinabas tus estudios universitarios con el softbol?
A la escuela siempre fui en la mañana, tuve la oportunidad de estudiar en el turno matutino, así que tenía las tardes para entrenar con mi abuelo y por las noches al gym, así que siempre, con disciplina, me ajusté a esos horarios. Afortunadamente ya terminé la escuela, estoy en proceso de titulación, para poderme dedicar completamente a esta nueva etapa de mi vida, de la cual no quiero despertar.
Así lo dijo
"Le dije (a su abuelo) que quería jugar, pero que no deseaba pasar desapercibida. Yo añoraba sobresalir en esto y él me apoyó en todo momento"
La Cifra
3.46, su efectividad, luego de los primeros cuatro partidos de la temporada
RGS