Meses atrás eran considerado un nuevo contendiente en la Conferencia Americana, para acompañar (y amenazar) a Nueva Inglaterra y Pittsburgh. Lo que hicieron en 2016 con el talento que tenían, más la incorporación de caras nuevas, creó una nueva frase dentro de su historia: Return to greatness (el regreso a la grandeza).
Ese parecía ser la inercia que llevaba el equipo. Todo apuntaba a que el plan de trabajo creado por Reggie McKenzie cuando llegó al equipo en 2012, los tenía en el punto de dar el salto al siguiente nivel. Llegó noviembre y todo está lejos, muy lejos de ser así.
El récord de 4-6 y el haber sido humillados por un verdadero equipo de elite, en un juego internacional transmitido a nivel nacional en Estados Unidos, llevó las cosas a un punto extremo. Al punto de ebullición. O se hace algo o todo se tira a la basura.
¿Los culpables?
“Cada parte de la organización de los Raiders tiene culpa en esta derrota (frente a Patriotas) y en la decepcionante temporada”, escribió en su cuenta de Twitter, Scott Bair, reportero de la cadena NBC Sports, que cubre a los Raiders. “El departamento de personal falló en llenar los huecos en el roster. El staff de coacheo fue superado ampliamente en su plan de juego a pesar de tener tiene extra para preparar el duelo y los jugadores fallaron en ejecutar bien”.
Ese mensaje deja claro el punto en el que está el conjunto Negro y Plata. Nada está ordenado dentro de la franquicia. Ningún engrane parece estar unido. Es una organización desorganizada. Y en la NFL, una organización con talento pero desorganizada se mueve con los aires de la mediocridad.
Y con seis juegos en el calendario y lejos de ser un equipo para temer, las preguntas han salido de varias partes y ya han empezado a darse respuestas. No directamente de los involucrados pero sí de personas que conocen el negocio de la NFL y que conocen a los Raiders.
“El manejo del equipo no ha cumplido con lo que tiene que hacer. Sabemos que muchos eligieron a los Raiders como uno de los equipos a vencer, ese era el reto, a ese nivel estaban puestas las expectativas. ¿Firmas a tu quarterback por 22 millones de dólares, tienes a dos grandes receptores en el campo y pones a coordinador ofensivo novato para manejar el barco?. Él no está preparado para ese reto, no está listo y ves las repercusiones de todo eso en este momento”, es lo que comentó Deion Sanders en el canal NFL Network.
Lo que comentó estaba enfocado en uno de los puntos que más le ha dolido a los Raiders. El talentoso arsenal ofensivo con Derek Carr, Michael Crabtree, Amari Cooper, Jared Cook y Marshawn Lynch, entre otros, ha estado muy lejos del desempeño que tuvo. Simplemente, con el nuevo coordinador no son una amenaza para nadie con su promedio de 20 puntos por duelo, luego de que el año pasado eran 26.
En Twitter se dan muchos datos de diferentes reporteros que cubren al equipo sobre razones más profundas de esta patética temporada. Calidad la tienen, pero no la explotan. Por ejemplo, Austin Gayle, de Pro Football Focus, escribió en @AustinGayle_PFF: “Amari Cooper solo realizó 11 rutas desde el slot (23%) contra los Patriotas, que son el último lugar de la NFL para defender esa jugada. En el único pase que atrapó desde el slot fue una jugada de 13 yardas”.
Tener altas expectativas provoca grandes presiones. Y con grandes presiones no se pueden quedar con los brazos cruzados.
Y después de los resultados (que es lo que mide el éxito o fracaso de un equipo o de un coach), el dueño (Mark Davis) y el gerente general (Reggie McKenzie), le enviaron un mensaje al entrenador en jefe de que algo se tenía que hacer. Pero contrario a lo que se pensaba, el movimiento fue en el lado defensivo, que ha estado igual de mal que el ataque. El martes se anunció la salida de Ken Norton Jr, dejando en su lugar a John Pagano.
No han tocado al ataque pero sí a una defensiva que admite 24.7 tantos por choque, que no ha interceptado ningún pase (récord de la NFL), que solo tiene 14 capturas (último lugar).
“Estamos jugando por debajo de nuestro nivel y esas cosas traen sus consecuencias”, dijo el liniero defensive, Justin Ellis.
Se pensaría que el movimiento vendría en el ataque pero se pensó primero en la defensa. ¿Será suficiente para que el equipo presente otra cara?
A pesar de su patético año, los Raiders todavía tienen aspiraciones para ser, incluso, campeón divisional gracias a que Kansas City solo está a dos juegos de distancia y está jugando su peor futbol americano.
¿Hacia dónde van los Raiders? Parece que ni ellos mismos lo saben en este momento. Con el humillante desempeño en el estadio Azteca, con un nuevo coordinador ofensivo y con más presión, tienen dos juegos que podrían ganar: Denver y Gigantes. Eso los pondría con un engañoso 6-6 con el que tendrían que cerrar el año enfrentando a Kansas City, Dallas, Filadelfia y Cargadores.