El Nápoles consiguió sobrevivir este miércoles a los octavos de final de la Copa Italia en una tanda interminable ante el Cagliari (1-1 partido, 9-8 penaltis), equipo que por un momento soñó con unos cuartos de final que regresarán al Estadio Diego Armando Maradona cinco temporadas después.
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Desde los once metros tuvo lugar una batalla tremenda entre lanzadores y porteros. El experimentado Milinkovic-Savic acabó siendo protagonista.
Especialista en pararlos, también se sumó a meter uno con un zapatazo en el séptimo turno. Neres pudo antes acabar con la tanda en el quinto penalti tras el error de Felici, pero Caprile le acertó las intenciones.
El resto de penaltis estuvieron lanzados a la perfección. Angulados todos. Hasta que con empate a ocho, a Luvumbo le pesó en exceso la presión y Milinkovic-Savic paró su tímido disparo.