Nada es fácil ahora para el campeón, que saca con más sufrimiento del previsto sus compromisos. Se impuso por la mínima al equipo de Chris Wilder, penúltimo en la tabla y que no ha ganado partido alguno de los seis que ha disputado.
El Liverpool se reencontró con el triunfo después de la goleada encajada ante el Aston Villa y el empate con el Everton.
La situación se complicó para los reds antes del cuarto de hora inicial cuando una falta al borde del área de Fabinho sobre Oliver McBurnie fue detectada por el VAR como penalti. El noruego Sander Berge no falló y adelantó a los visitantes.
A pesar del acoso y el permanente dominio el Liverpool no empató hasta poco antes del descanso. Un cabezazo de Sadio Mané fue repelido por el meta Aaron Ramsdale. Firmino recogió el rechace y llevó la pelota a la red.
El triunfo local llegó pasada la hora de partido. De nuevo intervino Mané, que desde la izquierda envió un centro medido al área que culminó el portugués Diogo Jota de cabeza.
El triunfo sosiega al Liverpool que da caza a su vecino en la cima de la clasificación a expensas del duelo del Everton, que el domingo visita al Southampton.