Roberto Carlos, el mejor lateral izquierdo de los últimos 25 años, reveló cómo forzaron a los entrenadores a renunciar al Real Madrid porque no les permitían ciertos privilegios. En una entrevista con el programa de televisión luso “Camisola 11”.
El campeón del mundo con Brasil en el 2002 también habló de los dos Ronaldos. Conoció a su compatriota, El Fenómeno, en 1993 y con él siempre compartió la misma habitación: “Dormí más veces con Ronaldo que con mi mujer”, bromeó.
Sobre Cristiano, lamentó que se marchara del Madrid: “Nadie quería que saliera. Yo pensé que estaba loco cuando dijo que se iba. Él fue todo en el Madrid, lo ganó todo”.
¿Qué es lo que extrañas del Madrid?
El ambiente en el vestuario, el ambiente en el hotel..., había ambiente de vestuario de verdad. Lo echo de menos pero siempre que hay partidos benéficos, voy e intento hacer las mismas cosas dentro del autobús. El ambiente del fútbol es maravilloso.
¿Cómo fue la relación con Vicente del Bosque, técnico de 1999 al 2003?
Era más un amigo. El jugador sabe lo que tiene que hacer. Nos entendía perfectamente. Los entrenamientos de lunes y a veces los martes eran a las 17.00. No los ponía a las 11.00 de la mañana porque casi nadie llegaba.
¿Por qué José Antonio Camacho solo estuvo una semana en el 2004 ?
En la época de los Galácticos éramos siete… era un peligro en el vestuario. Siempre lo controlamos bien, teníamos buena relación, menos con Camacho (DT en el 2004), que aguantó 10 días. Llegó al vestuario, saludó a todo el mundo muy serio y con historia en el Real Madrid. Yo solo observaba a ver qué iba a decir: ‘Quiero a todo el mundo mañana a las 7. Normalmente entrenábamos a las 10:30. Hablamos con él para cambiar el horario, nosotros teníamos nuestras costumbres.
¿Y con Vanderlei Luxemburgo en el 2004-2005?
En el segundo partido de Liga, teníamos la costumbre de llegar a la concentración, dejar las maletas en la habitación y antes de la cena tomar nuestra cerveza y nuestro vino. Encima de la mesa siempre había dos botellas de vino. Ronaldo y yo le dijimos: ‘Profesor, la gente aquí tiene sus costumbres, lo vas a ver, pero intenta no cambiarlas. No quites las botellas de vino de la mesa y la cerveza antes de la cena porque si no vamos a tener problemas’. ¿Qué hizo? Quitó primero las cervezas y luego las botellas de vino. Duró tres meses. El mundo del fútbol es pequeño, las noticias van llegando a la directiva y chao.
¿Luego de los partidos qué hacían?
Yo hoy pienso: ¿Cómo es posible que hiciéramos tantas tonterías? Acababa cada partido y era todo avión privado. Nos encontrábamos en la terminal privada de Barajas. Era Beckham que iba no sé dónde, Figo, Zidane que iba a tal lugar, Ronaldo, yo... y teníamos que entrenar pasado mañana. Yo rezaba para que los partidos fuesen los sábados para poder ir a la Fórmula Uno los domingos. Eran vuelos privados para todos lados. Una locura. (D)