Sampaoli siente que hay una única manera de evitar el derrumbe: atacando. Y desde los riesgos buscará mañana, frente a Venezuela, los tres puntos que le acerquen algo de calma en la tabla de las eliminatorias rumbo a Rusia. Pero el ataque debe asumir intensidad para conseguir profundidad. El aplanado ritmo que la Argentina mostró en el estadio Centenario en el 0-0 con Uruguay no se puede repetir. Por eso, en las prácticas en el predio de Ezeiza, el entrenador insistió sobre la velocidad de los pases y la búsqueda de sorpresa en los movimientos.
La vuelta de Éver Banega podría traer el pase filtrado que faltó en Montevideo, que rompe líneas y libera a Messi de la obligación de retroceder para iniciar las maniobras. Sampaoli buscará con Banega recuperar el valor del "mediocentro", el hombre que define el estilo de su equipo. Podría entenderse que los ejercicios de ayer reafirmaron las pistas que el entrenador había entregado el día anterior, pero habrá ajustes de sistema. Un rombo creativo. ¿Los vértices? Uno retrasado (¿Lucas Biglia o Guido Pizarro?), dos interiores con Paulo Dybala y Banega, y Messi como referencia más adelantada. Arriba, tres puntas: Lautaro Acosta, Mauro Icardi y Ángel Di María. Cinco delanteros en total y dos volantes de buen manejo. Los mismos nombres, pero otra disposición para fabricar huecos entre las vallas que seguramente desplegará la formación venezolada liderada por Rafael Dudamel.
El esquema argentino, el envase de contención, será un 3-4-3, con tres jugadores agresivos para el quite, como Mascherano (por el suspendido Mercado), Federico Fazio y Otamendi.