La historia de Wayne Shaw es conocida: el arquero inglés de 45 años que pesa más de 120 kilos fue protagonista destacado en el cruce de octavos de final de la pasada FA Cup entre el poderoso Arsenal y el humilde Sutton United, donde atajó. Pero su fama fue efímera, pues hoy atraviesa un duro presente.
"Mi mundo cayó. Era un mar de lágrimas. Nunca había sido despedido en mi vida. Está en mi mente todos los días y probablemente estará durante mucho tiempo. He pasado por la depresión. No he dormido bien, pude sentir mucho estrés. Todavía tengo ese nudo en mi estómago", declaró en The Telegraph, quien fue foco de atención en el 2-0 de los Gunners en febrero pasado.
Durante ese partido, Shaw comió un sándwich y una investigación recayó sobre su persona: la Federación Inglesa descubrió que una casa de apuestas pagaba ocho libras a uno si él ingería algún alimento durante el compromiso.
La historia recorrió el mundo y pese a haber sido separado y expulsado de su club, hasta recibió una particular propuesta laboral: ser catador de tartas en una cadena británica.
Sin embargo, hoy lamenta todo lo sucedido. "Nadie pidió mi versión de la historia. La reacción del club fue que no querían tener nada que ver con eso. No gané ningún dinero y mis amigos tampoco. Probablemente me dejé llevar", manifestó acongojado.