Diego Penny es el invitado de la semana en La Fe de Cuto. El arquero de Deportivo Garcilaso se confiesa y cuenta detalles de su inicios en Cristal, su experiencia con Jorge Sampaoli, cómo vivió la clasificación a Rusia 2018 y más. Harto aguadito como siempre les gusta.
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Cuéntame de tu barrio...
Yo soy de Los Sauces de Surquillo, ahí crecí con mis abuelos, con mis padres y había un entrenador que se llamaba el ‘Chino’ Javier, que era entrenador del Dínamo de Surquillo, yo iba a entrenar al estadio de Surquillo y ese es mi estadio, el primer estadio en el que yo jugué. Ahora mi hijo entrena ahí, yo he desterrado del arco, ahora es media cancha para adelante, que se maneje por ahí, ya pare de sufrir. Esos son mis inicios.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu infancia?
Un barrio bien bonito, jugábamos carnavales, policías y ladrones, habían más ladrones que la patada... pero sí recuerdo que mi madre y mi abuela eran sobreprotectoras, no me dejaban salir así nomás, pero yo me escapaba con mi bicicleta, jugaba en la canchita al costado de la iglesia, jugábamos en cemento, no había pasto, me acuerdo que se hacían campeonatos entre los distritos aledaños y yo jugaba ahí, ya era arquero, me gustaba el arco. Jugaba todo el día.
¿Cómo fue tu etapa en el colegio?
De todo lo que me enseñaron, no me acuerdo de nada, matemáticas, química, física, cero. Me acuerdo que me tenía que ir temprano para entrenar, yo estaba en Cristal, me iba con Julio Edson Uribe, él era mayor que yo pero nos íbamos juntos. Habían profesores que les molestaba un montón que me vaya, el típico profesor renegón, pero lo mío ya estaba hablado con la directora, yo ya estaba en la sub17, una etapa linda pero me perdí todo, el viaje de promoción, los campamentos, las actividades, los viajes, nunca fui a nada porque el fútbol siempre me mandaba, no podías dejar de entrenar.
Ahí empieza tu pasión...
Desde muy chico siempre me gustó el fútbol, la pelota, pero hubo un punto de quiebre, que es cuando llego a Cristal.
¿Cómo llegaste?
Yo era socio del Club Lobos de Mar, con el Flaco Rossel y a través del papá del flaco, que hacían campeonatos los fines de semana, un día llegó Elías Acevedo, Neneka ya estaba en Cristal y él es el que me invita al club, habían pocos arqueros en mi categoría. En el 97 llego a Cristal y me recibe el Cóndor Mellán. Ese fue el año en el que Cristal juega la Libertadores. Al principio yo no sabía si iba ser futbolista profesional, yo de talento muy poco, yo me considero más un arquero que ha aprendido en el camino del talento que otros tenían.
Osea que era verdad lo que decían Jefferson, Paolo, que te hacían goles...
Roberto, el dice que un partido me hizo 16 goles, ese día en su programa lo desenmascaré. Jefferson sí me ha hecho varios goles de menores, pero Jefferson pasa de Muni a Alianza, ahí Alianza se hace fuerte pero mi categoría, la 84 de Cristal, fue campeona dos veces de Nacionales. Me molesta que me agarren en cargamontón...
Luego pasas a Cristal B
El 97 estoy en menores, mi entrenador es el Cóndor Mellán. De ahí paso con Alberto Gallardo, tengo varios entrenadores pero el que me sube a Cristal B es Leoncio Cervero y Richard Garrido era el entrenador, comienzo a jugar con 16 años, era grandazo, ahí aprendí mucho más. Mi partido debut contra este equipo de Villa El Salvador, donde estaba Roberto Martínez. Debuto en Villa El Salvador, estadio lleno, Roberto Martínez de entrenador, ganamos 1-0. También estaba Erick ahí, estaba el Loco Heredia también, éramos los tres de menores que veníamos bien.
Luego subes al primer equipo de Cristal
En 2001, al final, yo ya tenía una edad en la que no sabía si iba ser profesional o no, llega en 2002 y no me llevan a la pretemporada, me voy con mi tío Miguel a las Conchas Negras de Barranco, entramos y había una mesa larga y ahí estaban gente que no toma, Margarito Rojas, Chemo Ruíz, Moisela, había un gentón que no los habían llevado a la pretemporada tampoco. Los saludé a todos, los conocía. Llego con mi cevichito, creo que también estaba Tula Rodríguez y Mariella Zanetti al otro lado. Pasaron dos días, yo estaba entrenando con mi equipo de menores, estaba en un camerín y de fondo se escucha ‘Diegooo’, yo le digo a mi compañero, ‘me están llamando para la pretemporada’. ¿Quién era? Neneka, me estaba buscando para decirme que iba ir a la pretemporada de Chincha. Neneka me dijo ‘no me vayas hacer quedar mal, mier...’. Ahí Autori me ve y me quedo oficialmente de cuarto arquero, luego subo a tercero y esa fue la historia.
Luego te vas al Bolognesi de Tacna y te recibe Roberto Mosquera
Yo a Roberto le tengo un cariño enorme, lo tuve de técnico en Cristal en 2013. Yo llego a Bolo prestado en 2003 a 2004 porque no tapaba en Cristal. Mi representante me dijo que había una oportunidad para tapar el fin de semana contra la U, Bolo vs. U, en Tacna, yo sentí que esa oportunidad me caía del cielo. Del entrenamiento de Cristal, con mi neceser, me voy al aeropuerto, ni pasé por mi casa, le avisé a mi viejita cuando ya había aterrizado en Tacna, tenía 18 años. Llego, me voy a un hotel y me tocan la puerta, yo estaba en paños menores y era el profe Roberto. Entra el profe, yo me sorprendí, no lo conocía y de frente me dijo ‘Blanco, te felicito porque tú haz hecho algo que nadie hace, has dejado la comodidad de Lima, de tu casa para venir a jugártela por tu carrera. Acuérdate que yo soy Roberto Mosquera, he jugado dos mundiales, Copa Libertadores’. Habló como cinco minutos y yo no dije ni hola. El profe en su presentación te tira todos los galones, él lo dice como para decirte que no es improvisado. No le llegaba el transfer al Pipa Carranza, el arquero, un día antes le llega y ya no pude tapar, no tapé ese año y, en 2004, ya llego a Bolo con contrato, me desligo de Cristal completamente.
¿Quiénes estaban ahí?
El Cholo Fano, Manzanita Hernández, toda esa camada de Johan Vásquez, Cachito Ramírez, Renzo Revoredo, todos los que después se fueron a otros lugares, comenzaron ahí en el Bolo
Ahí te encuentras con Jorge Sampaoli...
Jorge para mí, es un gran entrenador, pero su mano derecha, Chapita, era el pensante dentro de ese combo, él leía muy bien a los rivales previamente, se complementaban muy bien, por eso lo lleva a Argentina. Jorge, un loco calato tremendo, era bravo, te hacía entender el fútbol de otra manera, pero más al tema físico, tú tenías que superar a los rivales y desde ahí marcabas la diferencia, era loco en ese sentido. Me reventó el diente, me pateó a dos metros. Fue en mi debut, yo debuto en 2004 porque al Pipa le dan tres fechas de sanción en Cusco. Jugamos en Urcos y se arma una bronca. Debuté un 1 de mayo de 2004 en el Estadio Nacional contra el Boys, 3-0 ganamos y Jorge no me sacó nunca más.
Ese año recibiste el saludo de Oscar Ibáñez
Oscar es un caballero, una leyenda del fútbol peruano, una leyenda del fútbol peruano. Cuando yo llego a Bolo, yo tenía una tele que me había llevado de Lima, un día hubo un apagón en mi casa y pusieron una vela que quemó el televisor e hizo un hueco, ese hueco lo tapé con una foto de Ibáñez. Para mí, Oscar siempre fue un ídolo. En 2007 debuto con la selección peruana y mi segundo partido es en Ecuador y me va muy mal, apenas llegué, pasa un mes y campeonamos con Bolognesi con Reynoso y el que me llama es Oscar, a felicitarme, a decirme que la vida para los arqueros es muy complicada, a veces eres héroe y a veces villano pero hay que saber mantener ese equilibrio, esa línea de no creértela cuando estás bien ni hundirme cuando estás mal. Me saludó, me felicitó y me dijo que tenía un amigo en él para siempre porque era buena persona. Cuando ves a tus ídolos desde tu televisor, los idolatras pero cuando los ves en persona, los conoces, te das cuenta de la calidad de persona que es. Oscar va tener mis respetos siempre.
Luego te vas a Inglaterra al Burnley F.C.
Sí, la vitrina de todos los jugadores del Perú siempre va ser la selección. Yo en esa época estaba en Tacna, en el Bolo, pero me convoca Chemo en la selección, yo ya había debutado con Franco en partidos amistosos, jugué contra Panamá. Ese partido contra Brasil es el partido que me vende, van a verlo a Leao pero yo tapé. Con eso me fui a Inglaterra, jugué dos temporadas, a la tercera ya no quería contar conmigo y llegué a Aurich.
¿Qué tal la experiencia en Inglaterra?
Otra vida, otras costumbres, otra educación, otro fútbol, otro ritmo. La pretemporada me tocó en Escocia y no daba, no me entraba el aire, era dinámico. Es otro ritmo, otra velocidad. Me adapté rápido porque sabía algo de inglés por el colegio, pero se me complicaba un poco por las costumbres, nosotros somos amigueros allá son más fríos. Yo fui el primer sudamericano en la historia de ese equipo, estaba solo, además el frío. Pero bueno, comencé jugando, luego llegó otro arquero que comenzó a tapar y el equipo tal cual, las últimas 20 fechas ganamos todo y subimos a la Premier ligue. Una experiencia inolvidable, me marcó mucho pero me hubiera gustado quedarme más, pero se me complicaba porque jugaba poco.
Ahí conociste a tu ídolo...
Conocí, nos tocó jugar contra el Manchester United, yo salgo para calentar y lo veo a (Edwin) van der Sar una luz se me abrió en el camino, estaba en su mejor momento. Él me mira como diciendo ‘este me va robar’. Le di la mano y me dio la mano. Así como lo vi a él, lo vi a Tévez en el City, Harry Kane en Tottenham, la verdad que jugamos contra los mejores equipos, nos metían unas goleadas...
Luego vienes a Aurich
No debuto en Cristal, debuté en el Bolo, luego me fui a Inglaterra y mi tercer equipo es Aurich. En 2010, cuando regreso después de la temporada, descendimos nuevamente, el técnico se va a otro equipo, llega otro técnico y nos fue mal, a fin de temporada, el técnico me dice que me busque un equipo porque no iban a contar conmigo, hablo con mi representante y me dice que no me preocupe, que me vaya de vacaciones, justo ese año me casé. Cuando regresé, le dije al técnico que me acababa de casar, se lo pasé a mi representante y él lo manejó todo, cumplieron conmigo y a los dos días me llaman para ofrecerme la opción de Aurich. Justo se va Suárez y llega Juan, él también me dice que quería que vaya, tapaba Rivera, el colombiano potoncito, tranquilo también, no tomaba. Cuando ya iba ir, Juan me dice ‘Diego, Edwin dice que ya mejor no, que nos quedamos con Rivera’. Yo ya estaba con todas mis cosas para ir a Lima. Juan le dice a Edwin ‘no, Diego tiene que venir sí o sí’. Yo ya había estado con Juan en el Bolo, teníamos una relación espectacular. Edwin dudó, en un momento.
Cómo es el tema de la sangre azul
2011 fue un año, todo eso tiene una historia, cosas buenas, malas duras, momentos en los que hay que tomar decisiones, estar con la cabeza fría, valorarte a ti como capitán me sirvió a mí para después, cuando salí de Aurich, ser un buen capitán, cómo manejar situaciones en momentos clave y cómo ser persona ante todo, ese año fue impresionante cómo manejaste las situaciones. El profe (Diego) Umaña, técnico colombiano, un zorro viejo, con su forma de ser distinta. Él llega, comienza a tener conflictos con nuestro 10, el siciliano, tuvo problemas con el Chasqui, con Balbuena, con Cachete, con todos nosotros.
Para que la gente entienda lo de la “sangre azul”, jugamos un partido contra Cobresol, y empatamos o perdimos. Me hace un autogol, se arma todo un bolondrón, entramos al camerín y el profe se raya y nos dice que al día siguiente ‘no teníamos libre’, que entrenábamos. Yo tenía planes con mi familia y le digo al preparador físico, Ramón, ‘por qué no hay libre ¿porque perdimos?’. El profe se me achoró y Umaña sale, se mete y comenzamos a discutir. Ahí quedó. Al día siguiente vamos al entrenamiento, a la Videnita, siempre el jugador sale perdiendo, ante los entrenadores uno no puede pasar la línea, creo que sí pasé la línea, pero mi intención era pedir algo justo. Nos juntamos todos y yo hablé, le pedí disculpas a todos por lo del día anterior y apenas terminé de decir eso, el profe Umaña me dijo ‘tú qué te crees, que porque has venido de Inglaterra, seguro lo ves a Beckham y ni lo saludas, qué te crees ¿Qué eres de sangre azul?’. La gente se quería reír.
¿Cuándo te das cuenta que eres penalero?
Yo creo que soy un bendecido por Dios, no soy un arquero con talento, he ido aprendiendo en el camino... estamos hablando de 2011, pero antes de la definición por penales con Aurich, yo debuté en 2004, había tenido unos penales tapados, pero creo que fue un punto de quiebre, la definición de 2011, porque 2012 le tapo el penal a Forlán. Yo sentí esa energía de muchos, la tuya. Umaña me dijo que iba a tapar dos penales. Yo fui a esa definición inflado porque mi técnico confiaba en mí, mis compañeros también, eran 2 mil hinchas de Aurich contra 30 y tantos de Alianza, era todo en contra pero te hace sacar algo de adentro.
Luego vuelves a tu casa, a Cristal...
Sí. Creo que tú ya tenías algo hablado en Garcilaso, me preguntaste qué iba hacer yo pero no podía contar, yo ya había firmado un precontrato con Cristal en setiembre, querían contar conmigo en un contrato largo por lo que habíamos hecho en 2011 y aparte que volví a la selección, yo volví a la selección después de cinco años, con Markarián, que me convocó en 2012.
Viene estar oportunidad de estar en Cristal, yo había estado nueve años en menores. Hablé con el Chino Benavides y me preguntó qué iba hacer en 2013, me dijo que fuera para allá. Fue una negociación rapidísima. Volver a un lugar donde creciste y encontrarte con gente que seguía ahí trabajando es impresionante, en un solo momento se te viene todo. Yo volví por al puerta grande, súper bien, cuatro años de cuatro Copa Libertadores, salí campeón dos veces, hermoso. Mi hijo Alonso es súper hincha de Cristal por esos años que vivió ahí, el creció en el club, tengo fotos con él en mis hombros, el agarrando la copa. Me ha tocado ir, cuando he salido de Cristal, me ha tocado ir unas 10 veces al Gallardo para jugar con otro equipo y he recibido un cariño enorme.
Luego viene tu etapa en Melgar...
Lo impresionante del fútbol es que te lleva a todos lados. En 2015, pierdo una final con Melgar, Melgar en su centenario sale campeón, yo estaba con Cristal,. pero en 2016 le ganamos una final a Melgar y al año siguiente voy a Melgar. El arequipeño ama a su equipo y me odiaban, pero se dieron cuenta que del amor al odio hay un solo paso. Veían mi entrega, que tapaba penales, la gente me comenzó a respetar, a querer. En 2017 quedamos terceros, clasificamos a la pre Libertadores, en 2018 teníamos un equipazo, merecimos llegar a la final, pero Alianza nos gana por penales, es la única definición que he perdido.
Luego te vas a San Martín en 2019 a 2021
Termino en 2018 contrato con Melgar y en 2019 Álvaro Barco me ofrece ya estar más tranquilo, venir a Lima, estar con mi familia, meterme en mis estudios, porque yo estudié Ciencias de la Comunicación. Era complicado porque ya los presupuestos eran otros, el club se sostenía con sus propios recursos, era otro modelo de negocio. Los tres años que estuve en San Martín, peleé la baja, se me empezó a caer el pelo, me empezaron a salir manchas, Álvaro en un momento me dijo que todo dependía de mí. La única forma de sostener un equipo en Lima es que tu equipo sea bueno y que tengas una columna vertebral con jugadores de experiencia con chicos y en San Martín era complicado. Pero la pasé bien, el club espectacular, buenas instalaciones, buena gente, nunca tuve un problema en San Martín, el problema es que solo te va ver tu familia y la Muela. En el 2019 estaba Jairo Concha, salvamos faltando tres o cuatro fechas. El 2020, mejoramos, pelamos por una sudamericana pero no entramos. 2021 fue el mejor año, la primera parte, jugamos contra Cristal, por el TAS se salvó San Martín pero era crónica de una muerte anunciada porque estabas compitiendo contra otros presupuestos.
¿Qué pasó con Pepe Soto en la Videna?
Pepe a través de Jorge Soto, me regalaba los topelores. Un día, el era jugador activo de Alianza, yo estaba en la selección. Entrenaban en la Videna, nosotros también y un día yo llego, entro al camerín y habían unos chicos de mi categoría y siento un olor fuerte, digo ‘ajj, quién se está pudriendo’ y uno de los chicos me señala el baño, meto un manotazo, se abre la puerta y estaba mi tío Pepe, se estaba limpiando, dije ‘perdón, perdón’. Cierro, salió mi tío Pepe y no me pegó, pero me dijo ‘oe mocoso de mier... qué te crees’.
Fuiste a Rusia 2018 como hincha
Yo en 2017 fui convocado para el Perú-Ecuador, se lesionó Pedro, tapó Cáceda y Leao parece que llegó muy emocionado y se desgarró. Me llama el preparador de arqueros y me dice ‘dónde estás’, yo estaba cerca del hotel. Me quedé en el hotel, ese fue mi último partido y después yo voy a Argentina como hincha a la Bombonera, estaba arriba con todos los peruanos en la bandeja de visita, ahí había gente del IPD de más de 80 años, había gente muy mayor de la Federación y ese estadio era terrible, subías por la escalerita y caía orina en los huecos de la pared, era terrible. Ahí nos juntamos todos, perro, gato y pericote, gente de la federación, Machín, estábamos todos abrazados, fue una experiencia hermosa porque empatamos, la pasamos terrible por las condiciones de la Bombonera.
Cuando Perú clasifica al mundial, el repechaje, yo también estuve en el partido de Nueva Zelanda como hincha, me metí a la cancha como si hubiera jugado, yo estoy en la foto final que salen con su gorrito dentro del camerín, yo fui parte del proceso. Cuando Perú clasifica, decido, todo con la mía, hasta ahora estoy pagando las cuotas. Fue una decisión muy buena ir al mundial porque sentía que tenía que estar ahí. Solo fui para el partido de Dinamarca, me regresé y tomé mi vuelo a París, Lima y Arequipa, porque me tenía que operar en Arequipa. Parecía el Estadio Nacional, fue una linda experiencia.
¿Cuántas chapas tienes?
Platanazo, esa es la mejor de todas. Una vez en Chiclayo, estábamos jugando, el estadio estaba medio lleno, yo tiro la pelota y se regresaba por el viento y en un momento todos se quedan callados y alguien grita ‘saca rápido oye, Platanazo’, todos, los jugadores, el árbitro, todos se comenzaron a reír, yo creo que era el que vendía las canchitas.
Deportivo Garcilaso en la actualidad
Yo estaba en Boys terminando el 2022, después de Sullana voy a Boys, estuve ocho días, la verdad que la situación en Boys estaba muy complicada, había mucha deuda, duré ocho días. Yo tengo familia chalaca, mucha familia estaba muy contenta, pero era insostenible, los temas administrativos, el día a día, la barra estaba los siete días, todos los días pasaba algo. La persona que me lleva, Martín Hidalgo también sale y justo apareció esta opción de Deportivo Garcilaso, con 68 años de historia, me llaman y me ofrecen un contrato de dos años, dije gracias Boys, ya me habían presentado, pero las cosas en el fútbol se dan así, yo tenía toda la predisposición. Llego a Cusco, nunca había jugado en Cusco y me fue súper bien, clasificamos a sudamericanos, este año la jugamos, me tocó tapar penales en la definición contra ADT. Me toca estar en un lindo club que tiene que crecer mucho más, tienen que invertir en infraestructura, pero bueno, quizá puede ser mi último equipo. Estoy en una etapa en mi vida en la que tengo que ver cuál es el siguiente paso.