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El Barcelona perdió LaLiga el 27 de enero, frente al Villarreal, y al cabo de cinco fechas se juega en San Mamés sus esperanzas, mínimas, de reengancharse a la pelea por el título.
El Barcelona perdió LaLiga el 27 de enero (3-5 frente al Villarreal en Montjuïc) y al cabo de cinco fechas se juega en San Mamés, donde el Athletic solo ha perdido un partido en toda la temporada, sus esperanzas, mínimas pero ciertas, de reengancharse a la pelea por el título. El Real Madrid se dejó su tercer empate en cinco jornadas y una victoria azulgrana en Bilbao le acercaría a seis puntos, que eran diez hace un mes.
"Desde luego que lo veo posible. Mientras tengamos opciones lo intentaremos" ha repetido en las últimas semanas Xavi Hernández, tan consciente de la dificultad de la empresa como optimista en un discurso que se apoya, también en la historia. Una historia que recuerda que hace exactamente veinte años el Madrid galáctico de Carlos Queiroz aventajaba al Barça de Rijkaard en 11 puntos a la conclusión de esta misma jornada 27. Para acabar el campeonato por detrás.
Xavi jugaba en aquel equipo que pasó de la depresión más absoluta, llegándose a especular con el despido de Rijkaard en el mes de enero de 2004, a rozar un título que acabó llevándose el Valencia. El mismo Valencia que este sábado tuvo arrodillado al Madrid en Mestalla y que le acabó arrancando una igualada celebrada silenciosamente en Barcelona. Ganar en Bilbao, donde lo ha logrado en seis de las últimas nueve campañas (0-1 el último curso), catapultaría moralmente al campeón.
Una semana después de disfrutar de su noche más feliz de los últimos cinco meses, este Barça del que aún no sabe qué esperarse y que se ha conducido durante toda la temporada muy alejado de lo que de él se esperaba, se agarra a la opción, ya no tan remota, de lograr una remontada que sería tan histórica como aquella de 2004.
EL INVITADO
Y que tiene en el Girona a su invitado sorpresa. Después de recuperar sensaciones con su victoria sobre el Rayo Vallecano, el equipo de Michel tiene otra prueba en Mallorca. Solventarla le colocaría a cinco puntos del liderato... Y quien sabe en qué situación porque combinado ese posible triunfo con otro del Barça en San Mamés le alejaría 13 puntos por encima del Athletic, quinto en la tabla, para poco menos que asegurar una plaza en la próxima edición de la Champions.
Si Xavi ha repetido que no da LaLiga por perdida, el entrenador del Girona ha incidido una y otra vez con que el título no es un objetivo prioritario, casi incluso que irreal, y que por más arriba que se vea, quedar entre las cuatro primeras posiciones debe ser su reto inicial. Tan principal como monumental.
El Girona disfruta, el Barça quiere creer y al Madrid, parece, le entran las dudas a once jornadas del final del campeonato. Estará el líder más pendiente de Bilbao de lo que habría imaginado hace dos semanas, en puertas de visitar al Rayo Vallecano con diez puntos de margen sobre el campeón y tras haber apabullado al Girona en el Bernabéu.
¿La Liga está viva? La respuesta, en San Mamés.