La Supercopa de España ha experimentado una transformación significativa desde 2020, convirtiéndose en un negocio rentable para la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El torneo, antes poco atractivo y con escaso interés, ha adoptado un formato de ‘final four’ que ha ampliado la participación al subcampeón de LaLiga y Copa, aumentando los premios y recaudando fondos significativos para la federación. El cambio ha llevado a la competición a celebrarse en enero, en el extranjero, y se ha convertido en el primer título oficial del año en el fútbol español. Este nuevo formato ha sido tan exitoso que la federación italiana lo ha imitado, trasladando su Supercopa a Arabia Saudí.
El negocio ha florecido, con Movistar renovando los derechos de televisión hasta 2025 por 6,2 millones de euros, un 55% más que el contrato anterior. El mismo atractivo ha llevado a la extensión del contrato con Arabia Saudí hasta 2029, asegurando que equipos como Barcelona y Real Madrid disputen al menos un partido en el país árabe cada año.