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Si algo tiene el entrenador de Uruguay, que lo diferencia del resto, es que es impredecible. Con Marcelo Bielsa las sorpresas están a la orden del día. Es una constante que ha marcado su trayectoria.
Su proceso al frente de la Selección de Uruguay no es la excepción. A lo largo de todo este tiempo tomó decisiones inesperadas o que sorprendieron a propios y extraños.
En su debut en las Eliminatorias, ante Chile en el Estadio Centenario, al tener bajas en la zaga sorprendió incluyendo a Matías Viña, habitualmente lateral, como zaguero central.
El rendimiento de Viña fue tan bueno, que el técnico lo mantuvo en el puesto en la segunda fecha ante Ecuador en Quito.
En la quinta jornada del proceso eliminatorio, ante Argentina en La Bombonera, el Loco volvió a meter mano y rearmó una defensa nueva con relación a la que venía de vencer a Brasil en el Centenario.
Bielsa corrió a Ronald Araújo al lateral derecho y metió a Mathías Olivera como zaguero central, pasando Viña a su viejo puesto de marcador por la punta izquierda.
En setiembre del presente año, el técnico volvió a sorprender al incluir a Cristian Olivera de 9 titular frente a Venezuela en Maturín. El bajo rendimiento del delantero de Los Ángeles generó todo tipo de comentarios en redes sociales.
Lejos de sacarlo del equipo, al mes siguiente Bielsa redobló la apuesta y lo puso nuevamente de titular ante Perú en Lima.
En el referido partido volvió a hacer cosas inesperadas como jugar con una línea de tres improvisada. Es que, de los tres centrales, solo uno tenía el oficio: Santiago Bueno. Los otros dos, Guillermo Varela y Manuel Ugarte, fueron improvisados.
Hoy, de cara al juego contra Ecuador en el Centenario, el técnico volvería a su plan original con cuatro defensas, tres volantes y tres delanteros.