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“No sabes lo que es. ¡De verdad, ah! Es increíble la habilidad que tiene, el cambio de ritmo. ¡Ufff!”, nos habían anticipado en Alianza hace unos días cuando entrevistamos al técnico Alejandro Restrepo. Kevin demostró en ADT su capacidad en ataque: desequilibrante, manejo de ambas piernas, con un cambio de ritmo impresionante. En la pretemporada blanquiazul lo corroboró. Y ante Once Caldas se lo mostró a su nueva hinchada.
El primer tanto llegó gracias a un contragolpe comandado por Serna. Condujo desde su campo a toda velocidad y, cuando se abrió el espacio entre los defensas, asistió a Hernán Barcos. El Pirata, con toda la jerarquía que carga a sus 39 años, controló el pase y definió de sombrero para el 1-0. El primer gol del año tenía que llegar desde los pies del goleador, del nuevo ídolo. Cinco minutos más tarde, Kevin provocó un penal que Barcos convirtió en festejo.
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“Le gusta la medialuna, así que (...) una docena (de medialuna), por lo menos”, prometió Hernán a Kevin por cada asistencia. Los nacionalizados -el primero nacido en Argentina y el segundo en Colombia pero ambos ya peruanos- empezaron una gran dupla que podría darse más seguido. Y el Pirata deberá empezar a cumplir con sus promesas.
Serna y Barcos fueron los protagonistas principales de la noche. El extremo convertido en carrilero es de esos jugadores que hacen poner de pie al hincha cada vez que tienen el balón. Y el ‘9′ se adueña de los aplausos y la ovación por sus goles. Pero este nuevo Alianza, el de Alejandro Restrepo y su 3-5-2, mostró algunas cosas interesantes en su primer partido en público.
Es, en principio, un equipo intenso, peleador. Todos corren, todos meten, todos batallan. Unos más que otros, claro. Pero ninguno termina con la camiseta limpia. Aún faltan pulir detalles, algunos automatismos del juego. Por eso en medio del juego los jugadores se hablaban, se daban indicaciones, se corregían. Pero es un equipo que ilusiona. Y eso que aún falta que se acoplen Sebastián Rodríguez -uno de los más aplaudidos de la noche- y Pablo Sabbag, quien está con la selección de Siria disputando la Copa Asia.
El corazón de Arregui por encima de todos
Adrián Arregui se llevó las palmas de todo el estadio Nacional. No porque sea un cinco elegante tipo Busquets que tanto pedía el hincha, sino por todo lo contrario: el corazón que le imponía en cada balón dividido. Su entrega contagia a sus compañeros y su liderazgo guía el camino del equipo. Pudo incluso anotar un golazo de tijera.
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La lupa estuvo puesta en Cecilio Waterman, el 9 panameño que el hincha satanizó sin ni siquiera verlo en acción: delantero movedizo, siempre marcando las diagonales y jugando de espaldas. No es dotado técnicamente, pero lo compensa con velocidad. Tuvo un par de chances que no concretó.
Atrás estuvieron los otros refuerzos foráneos: Juan Pablo Freytes como stopper por izquierda y Jiovany Ramos como stopper por derecha. Ambos con mucho despliegue físico, subiendo a apoyar a los carrileros y arriesgando con el balón en los pies. Jugar muy arriba intentando conducir fuera de su zona de confort conlleva algunos riesgos que tomaron y que pudieron costarle caro a Alianza. Deben mejorar en ese aspecto. Y en ese sentido, Aldair Fuentes también tuvo algunos errores. En defensa, los tres estuvieron impecables, ganando duelos aéreos y terrestres.
Alianza formó con cuatro de sus seis extranjeros: Jiovani Ramos, Juan Pablo Freytes, Adrián Arregui y Cecilio Waterman. Sebastián Rodríguez no jugó por estar en trabajos de reacondicionamiento físico y Pablo Sabbag está en Qatar disputando la Copa Asia con Siria.
De los jales nacionales, Kevin Serna y Catriel Cabellos iniciaron las acciones.
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En el arco, Angelo Campos y Franco Saravia (cada uno tapó un tiempo) mostraron la seguridad de siempre. Jesús Castillo sigue siendo el volante con mucha intensidad para presionar. Y Catriel Cabellos mostró buenos momentos recuperando balones y encargándose de conducir los ataques blanquiazules. Por la izquierda, Ricardo Lagos fue de menos a más, triangulando con Castillo y Barcos. Aunque le falta serenidad para el último pase.
En el segundo tiempo ingresaron, entre otros, Bryan Reyna, Gabriel Costa y Jhamir D’Arrigo. De los tres, Reyna fue el mejor. Explosivo e imparable cuando arranca. Entró como delantero y se entendió muy bien con Serna. Gabi Costa desaprovechó una chance clara de gol debajo del arco y D’Arrigo estuvo un poco nervioso con el balón en los pies.
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