02/06/2025

Francisco: El Papa que le habló al mundo con el corazón y un balón

Hace 1 meses

Francisco: El Papa que le habló al mundo con el corazón y un balón

Papa Francisco falleció a la edad de 88 años, algo que sacudió al mundo del deporte debido a la cercanía del pontífice con el deporte

Papa Francisco falleció a la edad de 88 años, algo que sacudió al mundo del deporte debido a la cercanía del pontífice con el deporte

Hoy el mundo despide a Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco , a los 88 años. El primer pontífice latinoamericano, el hombre que habló con los pies en la tierra y el alma en alto, se va dejando un legado imborrable: una Iglesia más humana, más cercana, más valiente.

Se va el papa que no le tuvo miedo a tender la mano, ni a hablar de lo que muchos callaban. El que abrazó al enfermo sin importar las cámaras, el que lloró por los migrantes, el que alzó la voz por la paz mientras las bombas caían sobre Ucrania o Gaza. El papa que, en medio de una pandemia, salió solo a una Plaza de San Pedro vacía a decirnos que no estábamos solos.

Pero también, se va el Papa futbolero. El que entendió que el deporte no es solo entretenimiento, sino una trinchera de valores, de sueños, de humanidad.

Un Papa con el Alma en la Tribuna

Desde su infancia en Buenos Aires, Francisco respiró futbol. Hincha apasionado de San Lorenzo de Almagro, heredó de su padre ese amor que nunca abandonó. Ya siendo pontífice, decía con una sonrisa humilde:

“El deporte es un medio para expresar los propios talentos, pero también para construir la sociedad.”

No lo decía como una frase bonita. Lo vivía. En 2013, cuando recibió a la selección argentina en el Vaticano, con Lionel Messi a la cabeza, no habló de tácticas ni de trofeos. Les habló de ser ejemplo, de ser mejores personas.

Que el futbol os ayude a ser mejores personas”, les dijo.

Y Messi, conmovido, confesó:

“Es uno de los días más especiales de mi vida.”

Partidos que No Se Juegan por Goles

Francisco entendió que el balón puede unir donde la política divide. Por eso nació el Partido por la Paz, un evento donde Maradona, Ronaldinho, Totti y Buffon dejaron el alma en la cancha, no por un marcador, sino por un mensaje.

Con vos, Francisco, el futbol está en buenas manos”, le dijo Maradona, en un gesto que unió a dos gigantes de mundos distintos.

En otra audiencia, un niño con discapacidad motriz se acercó tímidamente. Francisco, con ese gesto tan suyo, se agachó, lo miró a los ojos y le dijo:

“No dejes de soñar con el futbol. En la cancha, todos somos iguales.”

Ahí no había doctrina. Solo humanidad pura.

Puentes en Tiempos de Muros

No solo el futbol tocó su alma. En 2017, el boxeador mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez lo visitó en el Vaticano. Le entregó un par de guantes con la dedicatoria “México lo quiere.”

El papa los tomó con cariño. Porque entendía que detrás del sudor y los golpes del ring, también hay disciplina, fe y lucha por los sueños.

Cristiano Ronaldo, Paulo Dybala, Buffon, jugadores paralímpicos, ciclistas… todos escucharon en el Vaticano frases que les hablaban al corazón:

“El talento es un don de Dios, pero requiere esfuerzo, disciplina y humildad.”
El 'Canelo' le obsequia unos guantes al papa Francisco
El 'Canelo' le obsequia unos guantes al papa Francisco

El Papa que Nos Enseñó a Jugar Juntos

Francisco nunca usó sotana para alejarse. Al contrario. La usó para acercarse. Para abrazar a un hombre con neuro fibromatosis sin mirar su piel. Para besar los pies de líderes enemigos en Sudán del Sur rogando por la paz. Para mirar a los ojos a un mundo roto y decirle: tenemos que volver a ser hermanos.

A lo largo de su pontificado enfrentó desafíos enormes, dentro y fuera de la Iglesia. Pero jamás dejó de caminar con la gente. Nunca dejó de escuchar. Nunca dejó de amar.

Y ese amor se notaba hasta en su forma de hablar del deporte:

En el campo no importa el origen, la lengua o la cultura. Lo que importa es el compromiso y el objetivo común. Esta unidad en el deporte es una metáfora poderosa de nuestras vidas.”
Papa Francisco sale de su audiencia semanal en la Plaza de San Pedro en el Vaticano en 2014. | Reuters
Papa Francisco sale de su audiencia semanal en la Plaza de San Pedro en el Vaticano en 2014. | Reuters

Gracias, Francisco

Se ha ido el Papa que entendió que la fe no solo se predica en el púlpito, sino también en la calle, en la tribuna, en el vestidor, en el abrazo sincero. Se va el Papa que nos recordó que no somos islas, que jugamos en el mismo equipo, que todos —creyentes o no— cabemos en la misma cancha si hay amor, respeto y solidaridad.

Hoy no solo llora el catolicismo. También lo hacen los estadios, las canchas de tierra, los gimnasios, los parques y todos esos rincones donde alguien alguna vez soñó con ser campeón… y el papa le dijo que sí podía.

CIG


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