A diferencia de anteriores pretemporadas, en que muchos eran los canteranos que completaban las estadías pero pocos se quedaban, este verano en Vielha han comparecido cinco jugadores que el pasado 1 de julio cambiaron sus contratos del Espanyol B por otros de categoría profesional. Rubén Duarte, Antonio Raillo, Rober Correa, Joan Jordán y Marc Caballé son futbolistas del primer equipo. La Quinta de Vielha, donde la plantilla profesional se ha concentrado estos días por vez primera, tras dos años en Garòs.
Duarte parece el más veterano, por ser quien más partidos ha jugado en el conjunto de Sergio González. Pero es el más joven, con 19 años. “Tengo ganas de ayudar al equipo y de afrontar un rol importante este año”, asegura. Y recuerda cómo fue su meteórica ascensión: “Empecé en la Copa, me fui afianzando en la Liga. Después tuve el premio de jugar dos partidos con la Sub-21 e ir con la Absoluta fue un sueño”, confiesa.
A su lado, Raillo (23 años), que aún no ha debutado en el primer equipo pero que echa cuentas: “El único central ahora es Álvaro, y Héctor se tiene que recuperar. Técnicamente, soy el tercer central y la Liga es larga. Seguro que voy a tener una oportunidad”. También la tendrá Rober (22), quien cumple “un sueño de todo canterano del Espanyol”. Sí, se considera canterano perico pese a que fichó del Rayo en 2013. Y allí había coincidido con su actual competencia: Anaitz Arbilla. “Me parece un gran futbolista, con un golpeo magnífico. Intentaré aprender de él y, si puedo, ponérselo difícil”.
Pisa fuerte la Quinta de Vielha. Como Jordán (21), que el curso anterior pasó de jugar en el Bernabéu al filial: “Parece que no porque conoces tu situación, pero involuntariamente sí afecta. Y es un punto a favor saber que este año estaré solo en el primer equipo”.
Y Caballé (24) fue el primero, hace justo un año, en saber que tendría ficha de Primera: “Me ofrecieron renovar y luego me lesioné. Se me hizo largo. Piensas que llevas toda la vida trabajando para esto y que no podrás dar el salto. Por eso llegar a este momento me supone una ilusión máxima”.