Star Wars es uno de los fenómenos más grandes de la cultura popular. Del argumento sencillo de la primera película, complementado por un buen casting y una música extraordinaria, surgieron las bases para la creación de todo un universo de ficción que hasta la fecha cautiva a fans de todo el mundo.
Y en la lucha libre mexicana también ha habido influencia de Star Wars, y a continuación recordamos a algunos de los luchadores que se inspiraron en esta serie de filmes.
FUERZA GUERRERA
En 1979, un joven peso ligero originario del barrio de La Candelaria de los Patos, en la Ciudad de México, luchaba sin máscara como Cachorro González. Cuando decidió enmascararse, optó por el nombre de moda: Star Wars.
Sin embargo, cuando acudió a la Comisión de Box y Lucha del DF para solicitar su licencia como enmascarado, el entonces secretario de la comisión, Rafael Barradas, le negó el permiso, argumentando que estaban prohibidos los nombres en inglés.
No quedándole de otra, el joven pensó en un nuevo nombre de batalla, e inspirado en otro de los conceptos del filme, la Fuerza, decidió llamarse Fuerza Guerrera, un nombre que, a la larga, resultó benéfico. En poco tiempo, Fuerza Guerrera se hizo un nombre gracias a su calidad, y hasta la fecha sigue siendo uno de los rudos más respetados por la fanaticada.
GUERRA C-3 y GALAXIA R-2
En los viejos tiempos, los periodistas luchísticos fungían más bien como publicistas, y constantemente creaban nuevos personajes. Guerra C3 y Galaxia R2 fueron idea de Ricardo Morales “Candadito”, inspirado en los androides C3PO y R2D2, complementados con el uso nada sutil del título de la cinta en México: La guerra de las galaxias.
Manuel Coronado y Mario Alcalá fueron los originales, pero cuando se fueron a luchar a All Japan como Roboto C3 y Roboto R2, Morales enmascaró como los nuevos androides a El Rebelde y Barba Negra.
En 1998, surgieron unas nuevas versiones de Guerra C3 y Galaxia R2 en la Arena Naucalpan, encarnadas por los ahora conocidos como Cerebro Negro y Carta Brava.
ARTURITO
La pronunciación del nombre del androide R2D2 (ar-tu-di-tu) hizo que fuera conocido popularmente como Arturito en tierras hispanoparlantes. Eso llevó a uno de los elementos de la troupe de “luchadores enanos” a enmascararse con ese mote.
La idea lo hizo ser el más popular del grupo, que en los setentas y ochentas viajaban por toda la república presentándose en todas las arenas posibles (al igual que las mujeres, que rara vez luchaban más de dos semanas en el mismo local). Cada vez que llegaban los “luchadores enanos” a un poblado, los niños se arremolinaban para acudir a verlos, y Arturito se volvió su consentido. En 1990, Arturito tuvo oportunidad de luchar en FMW como Ultramancito, y posteriormente fue Micro Konnan en AAA.
DARTH VADER
La empresa del Pavillón Azteca, dirigida por Moisés Zárate, fue la primera en verse repleta de luchadores coloridos, quizá inspirados en el programa Titanes en el Ring, que produjera en Argentina el célebre (y visionario) Martín Karadagián. Años antes de AAA, ya había payasos luchadores en el Pavillón Azteca, y también superhéroes y otros personajes surgidos de la cultura popular.
Así, en 1984 apareció Darth Vader, el entrañable villano de la saga interplanetaria de George Lucas. En el Pavillón, Vader fue Campeón Mundial de Tríos AAWA (al lado de Flama Azul y El Magnífico, derrotando al Trío Fantasía) y Campeón Mundial de Peso Medio AAWA (destronando a Tigre de Bengala). En 1987, Vader perdió su máscara ante Astro de Oro en Guatemala, dando a conocer su verdadero nombre: Juan Sevilla González.
De regreso a México, Sevilla recibió los derechos de Huracán Ramírez de manos del ingeniero Juan Rodríguez Mas (creador del personaje e hijo de Joselito Rodríguez), pues el anterior Huracán (Daniel García) se había retirado. Lamentablemente, Sevilla apostó su máscara ante Octagón sin consentimiento de Rodríguez Mas, quien junto con su hijo Rhual Rogers, acudió a la Arena México buscando parar la lucha sin éxito. Sevilla siguió luchando sin máscara como Huracán Sevilla.