Los agentes de Dez Bryant se han reunido con los Dallas Cowboys. A pesar de que parece una perogrullada lo cierto es que es noticia. Aunque ambas partes quieren negociar un futuro en común, las posturas estaban tan alejadas que cualquier acercamiento ha de ser entendido como un paso adelante en un largo camino.
No es de extrañar que hayan sido los agentes los que han propiciado este encuentro. El equipo tiene todas las de ganar en las circunstancias actuales y lo está aprovechando en unas negociaciones en las que incluso el tiempo juega a su favor.
Dez Bryant ha sido calificado por los Cowboys como jugador franquicia. Lo que esto significa es que ha de jugar esta temporada con contrato de un año 12,8 millones de dólares asegurados en su totalidad. Se trata de una fórmula creada para que los equipos puedan mantener a sus estrellas aún cuando no hayan alcanzado un acuerdo de larga duración. Sin embargo, los jugadores franquicia tienen un plazo para buscar aún ese gran contrato, en concreto hasta el 15 de julio. A partir de esa fecha ya no se podrá negociar hasta la siguiente agencia libre.
El disgusto del receptor es tal que dijo que no participaría en el campo de entrenamiento del equipo de finales de julio y principios de agosto. Es más, dejó caer la posibilidad de no estar en el primer partido oficial de la temporada. Algo que suena a farol porque perdería más de 700.000 dólares, amén de que hay situaciones que invitan a pensar que eso no sucederá como es el hecho de que ya haya grabado un vídeo promocional de ese partido para la NBC, cadena que lo retransmitirá.
Y es que el equipo es el único que gana en todas estas medidas de presión. Para Dallas tener a Bryant atado con 12,8 millones es una ganga, pues es menos de lo que le pagaría el mercado. Dez pide 16 millones por año, el mismo dinero que cobra Calvin Johnson, por lo que la rebaja para esta temporada es sustancial.
Además, el receptor quiere mucho dinero garantizado y el equipo no tiene nada claro que tenga que pagar a jugadores estrellas que tienen sus riesgos asociados, como demostraron en el caso de DeMarco Murray. Hace tiempo que han decidido ir con más cautela de la que solían, y Dez Bryant es sólo un ejemplo más.
Lo que le queda al jugador es jugar por esos 12,8 millones, sobresalir en el campo y, entonces sí, el año que viene, con el aumento de salario que supone un 20% en caso de ser nombrado como franquicia de nuevo, tener él los ases en la mano. Porque en la situación actual, todo lo que haga, todo lo que se enfade, todo lo que presione... sólo le hará daño a él mismo. Los Cowboys pueden juguetear en torno al contrato de larga duración este año, pero en 2016 el mango de la sartén cambia de manos. Los agentes de Dez Bryant deben hacerle ver eso y, con el siempre presente riesgo de lesión como incógnita, decirle que está ante su mejor ocasión de poner al equipo entre la espada y la pared: en el campo y jugando muy bien.