Los tiempos cambian, pero la pasión se queda. Muchos aficionados de la lucha libre y WWE dejaron de ver este deporte de entretenimiento luego de que rostros conocidos como Batista, Shawn Michaels, The Rock o Edge se retiraran de la industria. Sin embargo, la ausencia de estas superestrellas ha dado pie a nuevas figuras que, aunque no son masivos como los ya antes mencionados, son técnicamente impecables en el ring.
El pasado sábado, la tercera marca de WWE, NXT, celebró el evento TakeOver Toronto en Canadá y brindó una de las mejores luchas de lo que va del 2019, de la última década y, me atrevo a decirlo, de toda la historia.
Quizás los nombres no le suenen, pero deberían empezar a hacerlo. Johnny Gargano y Adam Cole cerraron la trilogía más aplaudida y mejor calificada de las últimas épocas en la empresa de Vince McMahon en una noche que quedará de recuerdo en la memoria de los fanáticos al enfrentarse por el NXT Championship.
Primero fue Nueva York con una media de 5.5 estrellas de 5 posibles según especialistas; luego, 5.25 estrellas en Connecticut; y, ahora, con un combate que dudamos que sea menor que esas cifras.
Rostros que solo necesitan masividad
Ambos luchadores llegaron con un legado gigante. Con un impacto que recuerda a los mejores momentos de los D-X, Adam Cole lidera a The Undisputed Era, una facción que a pesar de ser heel, cuenta con todo el apoyo del público. Por el otro lado, Johnny Gargano es considerado en los eventos TakeOver como Shawn Michaels es a WrestleMania. Gargano 5 estrellas llegaba con luchas calificadas como históricas y esta no sería la excepción.
¿Qué de especial tenía esta lucha? Pues, todo. La historia creada es de la mejores de la marca amarilla. Cole, con la Era Indisputable, necesita el oro para ratificar el dominio de su grupo en NXT, mientras que Gargano, con tan buenos encuentros anteriores como contra Andrade 100 Almas, Ricochet o Tomasso Ciampa, solo buscaba el símbolo que ratifique su momento.
Contar historias con los golpes
El duelo escogido fue de 2 de 3 caídas, cada uno con una estipulación única (la estipulación correcta y usada en décadas pasadas es Three Stages of Hell, pero por la era PG, las palabras como infierno son poco utilizadas). Cole escogió una estipulación sencilla, sin mayores particularidades, para demostrar que no depende de sus compañeros. Y la ganó, pero no porque haya logrado la cuenta de 3, sino porque Gargano, cansado de tantas injusticias, empezó a golpearlo con la silla y fue descalificado. Sin embargo, el movimiento solo era el punto de inicio de la épica batalla que veríamos luego: una lucha callejera.
Toronto gozó de un recurso que utilizado de sobremanera puede causar incredulidad, pero que usado a medida solo glorifica una lucha: los finales falsos. Hay momentos en los que piensas que hay un claro ganador tras una impresionante movida, pero donde el conteo no llega a tres y solo emociona al público. Este encuentro tuvo los necesarios para que el público no deje de aplaudir y corear “Esto es asombroso”.
Tras un “Gargano no Escape”, Gargano ganaría la segunda caída y William Regal (sí, el también legendario luchador, ahora directivo de NXT) decretaría que el encuentro se definiría en una jaula de acero muy particular: del techo de la arena descendería la plataforma con mazos, mesas, escaleras, palos de kendo, sillas, extintores y esposas pegados a sus costados. Impresionante para etapa de la compañía que está dirigida a niños.
Dentro del ring, no hay palabras que describan tal poesía. Público conectado, grandes spots y un cierre de lujo:
Adam Cole ratificó su titularidad y mantuvo el campeonato, cerrando una trilogía impecable. Gargano, por su lado, se despidió entre aplausos y lágrimas del universo NXT.
El futuro no es tan positivo
Sin embargo, estas líneas poseen algo de negatividad. NXT es controlado creativamente por Triple H, quien erigió a esta división en lo más alto de la calidad luego de años de trabajo. Lastimosamente, mucho se rumorea que NXT empezará a ser transmitido en vivo en Fox Sports para hacer frente a la competencia All Elite Wrestling desde octubre. Este giro televisivo (actualmente se transmite solo en WWE Network, la plataforma de videos de la compañía) convertiría a Vince McMahon en el nuevo líder creativo. El jefe, de quien no se duda de su importancia en la historia de la compañía, no es el “más creativo” de la actualidad y prueba de ello son los bajos ratings de RAW y SmackDown. NXT podría tener mayor visibilidad, pero una mala rutina que derrumbaría todo lo construido hasta ahora.
Gargano, posiblemente, ascienda próximamente al roster principal y sea parte de algunas de las dos marcas más importantes. Como ha pasado en casos pasados (EC3, Buddy Murphy, etc.), Johnny podría terminar en mitad de cartelera o solo lucharía contra los tops para perder.
¿Qué pasará de ahora en adelante? No lo sabemos a ciencia cierta, pero de algo no queda duda: NXT es la mejor marca de WWE en la actualidad y sus luchadores pueden ser las próximas estrellas del mundo.
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