Brasil y Serbia se miden en la final del Mundial Sub-20 de Nueva Zelanda (sábado a las 07:00 horas) con dos historias muy diferentes. La experiencia de quien está acostumbrado a verse en estas grandes citas frente a la ilusión del principiante.
Los brasileños buscan su sexto Mundial de la categoría, algo que les permitiría alcanzar a Argentina como selección con más títulos Sub-20. La rivalidad entre argentinos y brasileños no entiende de edades. Experiencia en estas citas no les falta, ya que será su novena final. Los serbios, por su parte, deberán controlar los nervios del principiante, pero a la vez tendrán a su favor la tranquilidad de no tener nada que perder. La selección de Paunovic ya ha hecho historia al colarse por primera vez en la historia de su país en la final de un Mundial Sub-20. "Hemos jugado ya tres prórrogas, pero mis muchachos están haciendo historia y el incentivo de ganar el trofeo les dará la energía que necesitan", afirmó el seleccionador serbio.
En plena crisis de juego de la absoluta brasileña en la Copa América, esta Sub-20 se ha propuesto devolver a la canarinha el juego preciosista y atrevido que siempre le ha a acompañado en su historia. Así lo demuestra el 5-0 que le endosó a Senegal en semifinales. Para llegar a la excelencia en su juego se apoya en la calidad de Gabriel Jesús, un '10' clásico brasileño que quiere seguir los pasos de algunos de sus referentes, como Rivaldo, Ronaldinho o Kaká. Levantar este título sería una excelente manera de que su nombre comenzase a sonar con fuerza en todo el mundo
Las finales están para ganarlas y los serbios, con Zivkovic como gran estrella, exigirán el máximo a una Brasil que parte como favorita, pero que no se fía de una selección principiante, aunque repleta de talento.